Mendigos de la democracia
Pedro Pimentel C.
Para la RAE, se entiende por mendigo “Persona que habitualmente pide limosna”.
Vista la anterior definición, es fácil concluir que dentro de nuestro parlamento existe un grupo de diputados que hoy concibe la democracia como una especie de limosna, y en consecuencia la mendigan a diario con sus omisiones y actuaciones complacientes, como si ésta fuera una caridad del régimen, y no un derecho de los ciudadanos.
Ese grupo del parlamento lastimosamente conduce la vida institucional del poder legislativo, opacando los grandes esfuerzos que diferentes fracciones e individualidades realizan en el seno del Congreso Nacional.
Ahora bien, a quienes les incomoda mi postura crítica frente a la AN, a quienes me dicen que el adversario es el régimen y no el parlamento, a ellos debo aclarar que, respeto al poder legislativo como institución, pero no siento que los parlamentarios me respeten como ciudadano, y es allí cuando como venezolano legítimamente expreso mis ideas y exijo el respeto a mis derechos civiles y políticos, como deberían también hacerlo ustedes.
Los venezolanos, hoy más que nunca requerimos de legisladores valientes, aguerridos, que se hagan presente en la lucha por la democracia, diputados capaces de vencer al régimen y para ello, hace falta más que hombres y mujeres que calienten un curul (eso cuando van a la sede del congreso, porque los niveles de asistencia son bastante bajos en algunos casos), se requieren diputados que hagan más que promulgar acuerdos parlamentarios de los cuales luego se olvidan, como por ejemplo el “ACUERDO SOBRE EL RESCATE DE LA DEMOCRACIA Y LA CONSTITUCIÓN” de fecha 5 de Julio de 2017 que dio origen a la consulta popular del 16 de Julio de 2017, y posteriormente en fecha 18 de Julio de 2017, el “ACUERDO SOBRE LOS RESULTADOS DE LA CONSULTA POPULAR DEL 16 DE JULIO DE 2017”.
Yo pregunto ¿alguien sabe que ha hecho el parlamento respecto a éstos acuerdos? la respuesta es sencilla –NADA- y por eso como venezolano me siento en pleno derecho de exigir a los parlamentarios dejar de mendigar la democracia que merecemos y pasar a tomar acciones concretas que impulsen el retorno del sistema democrático nacional. Acciones éstas por cierto, conocidas por los parlamentarios, aunque repito, olvidadas en sus acuerdos, porque en el último de los citados, se aprobó entre otras cosas:
“CUARTO: De conformidad con los resultados de la tercera pregunta de la consulta popular, esta Asamblea Nacional, como legítima representante del pueblo venezolano, y en el marco de sus atribuciones enumeradas en el artículo 187 de la Constitución, adoptará las medidas constitucionales necesarias para el restablecimiento efectivo de la vigencia de la Constitución, tal y como ésta ordena en su artículo 333. Para ello, se procederá a la renovación de los Poderes Públicos de acuerdo a lo establecido en la Constitución; a crear las condiciones que permitan la realización de elecciones libres y transparentes, y a promover la conformación de un Gobierno de Unión Nacional para restituir el orden constitucional.” (Subrayado propio)
Negarse a tomar esas acciones, es negarse a cumplir con un mandato soberano de rango constitucional, es mantenerse en una omisión inconstitucional en la que han incurrido durante más de una año desde la celebración de la consulta popular, es vulnerar los derechos políticos de los venezolanos participantes en dicha consulta, y es continuar mendigándole a un régimen autoritario migajas de una falsa democracia.
La actuación parlamentaria actual resulta complaciente al régimen, o al menos inofensiva, resulta una actuación incomprensible, pues un parlamento que declara y ratifica el abandono del cargo de Nicolás Maduro, que invoca el artículo 350 de la CRBV, que llama a una consulta popular, que dice reconocer “que el orden constitucional y democrático se encuentra roto en Venezuela, y que por lo tanto, el Gobierno de Nicolás Maduro Moros no puede ser considerado un Gobierno democrático y apegado a Derecho, sino un régimen autoritario que ha pretendido derogar de facto de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela” y que en días pasados reiteró “la ausencia de autoridades legítimas en el Poder Ejecutivo Nacional, junto a la irregular composición y parcialidad política del Poder Electoral y del Poder Ciudadano, lo cual demuestra que en Venezuela, existe un vacío de poder que afecta a los órganos del Poder Nacional…”, no puede ser un parlamento que se niega a debatir y tomar las acciones pertinentes a la consulta popular del 16J, o que deba ser exhortado por la comunidad internacional (OEA), no puede ser un parlamento que se empeñe en diálogos estériles con un régimen al que tildan de autoritario, pues algo no cuadra en esta historia.
Por todo lo anterior debemos exigir a los parlamentarios, retomar la lucha por la democracia, léase bien, “la lucha”, retomando el contacto con la gente en las calles, en las comunidades, vinculándose con los problemas del ciudadano, pero sobre todo, escuchando, pues cuando dejaron de escuchar para dedicarse a mendigar, se produjo una desconexión total con la realidad político-social del país, y fue allí cuando quienes como yo, que creíamos plenamente en nuestros diputados, nos convertimos en críticos, víctimas de la inacción parlamentaria, y críticos seguiremos siendo, pues si bien nuestro adversario es el régimen, jamás seremos cómplices callando los errores de quienes presuntamente son nuestros aliados.
Nuestros derechos no se mendigan, se exigen. La democracia no se mendiga, se conquista.
Fuente:
http://www.opinionynoticias.com/opinionpolitica/33389-pimentel-p
No hay comentarios:
Publicar un comentario