¿Qué pasó ayer en la AN?
Luis Barragán
Respecto a la oposición, damos por sabido que un sector ha promovido unilateralmente un diálogo con la dictadura, mientras que el otro se opone clara y abiertamente. Y también que dos semanas atrás, iniciadas ya las diligencias para un encuentro en República Dominicana, entró al parlamento un proyecto de Acuerdo que el uno, defendió, mientras que el otro, lo refutó, también desde la tribuna de oradores, desembocando en una comisión para el seguimiento con un solo representante de la novísima fracción opositora 16 de Julio (F16J), cuya denominación habla por sí sola. Además, fracción que, lo ha dicho hasta la saciedad, se entiende en la unidad, cuya diversidad es irreductible.
La semana pasada, la comisión en cuestión celebró distintas sesiones con representantes de la sociedad civil y, naturalmente, presentes dos de los diputados de la F16J, éstos constataron cada una de sus incidencias, incluyendo el rechazo a un encuentro incondicional en la isla. El martes 28 de los corrientes, pendiente la materia, debía cerrarse el debate con el cumplimiento de las mínimas formalidades parlamentarias y, aunque, entendemos, la última reunión de la comisión se hizo el lunes 27, ésta debió sesionar para conocer, aprobar y presentar un informe a la plenaria el martes 28 que, a su vez, debió abrir el debate y someter a la consideración del cuerpo el informe para la definitiva sanción del proyecto.
Ahora bien, la F16J estaba en el deber de hablar, de esgrimir sus razones y votar, pero hubo un detalle decisivo: la falta de quorum reglamentario que obligaba a una sencilla verificación. No obstante, se abre el punto correspondiente del Orden del Día e interviene la primera oradora, culminando su intervención con una propuesta de votación que nos forzó a insistir en la citada verificación.
En lugar de esa verificación, confundida la cámara, se convirtió en una aceleradísima votación nominal que ni en los tiempos de la abusiva presidencia de Diosdado Cabello, pues, por Secretaría, se leyeron rápido los nombres de los diputados, sin dar ocasión para constatar que estuviesen en sus curules, como sí ocurría en el pasado mandato legislativo en el que tanto interés tuvo el oficialismo de dejar constancia de su otrora condición mayoritaria. Apenas, ahora, contaron tres votos negativos, cuando fueron más, dando por cancelada toda discusión.
Luego, obviamente, carece de validez parlamentaria el Acuerdo para el diálogo, conversatorio, negociación o encuentro casual e inadvertido en República Dominicana: sin quorum ni debate (de todos modos, dejamos constancia por escrito ante la Secretaría de nuestros argumentos). Carece de validez política, porque es contrario al doble mandato que recibimos de la ciudadanía, el del 6 de diciembre de 2015 y el del 16 de julio de 2017, con los comicios parlamentarios y la consulta popular. Por ende, las individualidades y partidos diligenciantes del diálogo fronteras afuera, no sólo lo niega fronteras adentro, sino que desconoce los más elementales procedimientos parlamentarios, haciendo gala de una insólita prepotencia que esconde la incapacidad o inhabilidad hasta política para el común esfuerzo de luchar contra un régimen de fuerza.
29/11/2017:
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