viernes, 4 de mayo de 2012

¿POR QUÉ CARVAJAL SOLAMENTE TIENE UNA FIESTA DE DESPEDIDA?

EL NACIONAL - Viernes 04 de Mayo de 2012     Opinión/9
Al compás de los días
La transición chavista
MANUEL FELIPE SIERRA

La activación del Consejo de Estado anunciado por Hugo Chávez antes de partir de nuevo a La Habana no es una decisión caprichosa. Como tampoco lo es el hecho que haya enfatizado la presencia en él de José Vicente Rangel. De alguna manera, éste sería el camino escogido por el mandatario para el inicio de una transición desde el mundo del chavismo. Está claro que cada vez son menores las posibilidades de que Chávez asuma la candidatura en términos que aseguren su reelección.

Después de negarse a reconocer la necesidad de la sustitución en razón de su delicado cuadro de salud, Chávez habría decidido despejar el camino que facilite las posibilidades de prolongarle el poder en las elecciones del 7 de octubre. Para ello, el Consejo de Estado resulta una salida oportuna. De otra manera, era lógico que la Vicepresidencia se convirtiera en un tema altamente polémico. La escogencia de un nuevo vicepresidente habría representado la designación de un eventual sustituto en la candidatura. El nombramiento de Nicolás Maduro, Diosdado Cabello o Adán Chávez hubiera significado la liquidación de las aspiraciones de Elías Jaua y ofrecería una señal de hacia dónde apuntaban los pasos del mandatario, amén de reconocer su incapacidad para mantener la candidatura.

El Consejo de Estado, si bien es un organismo consultivo y no ejecutivo y cuya designación obedeció al estudio de la factibilidad para la separación de Venezuela de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos de la OEA, habrá de cumplir una función decisiva en el manejo de temas políticos urgentes sin que ello interfiera con la estructura formal del gobierno. El peso y las destrezas políticas de Rangel lo convierten en este caso en un factor de negociación para conducir una transición en el chavismo.

No es menos importante el hecho de que el equipo asesor esté integrado por funcionarios que si bien no menos radicales mantienen una visión civilista del proceso y con vínculos con los factores democráticos.

La victoria de Henrique Capriles Radonski decretaría inevitablemente un período para la recomposición de las instituciones y para el abordaje de temas complejos como el rescate del aparato productivo, el futuro de Pdvsa y las Fuerzas Armadas y el replanteamiento de la obscena alianza estratégica con Cuba. Ello no podría lograrse solamente con el triunfo electoral, que si bien garantiza la Presidencia de la República no asegura el ejercicio pleno de los poderes, hoy en manos de la hegemonía chavista. ¿Es posible que en algún momento coincidan las transiciones del chavismo y de las fuerzas democráticas? El otro escenario significaría el uso de la violencia, en la cual tiene una clara ventaja el régimen. El Consejo de Estado no es un simple pote de humo.

EL UNIVERSAL, Caracas, 4 de Mayo de 2012
Consejo de Estado: Útil pero no sirve
Su instauración es otra acción efectista del Gobierno, para aparentar que trabaja
La responsabilidad del Consejo de Estado recae en el Vicepresidente Ejecutivo, es decir, Elías Jaua AVN
Los seis integrantes principales del Consejo de Estado ¿Quién es quién?
GERARDO FERNÁNDEZ 

La Constitución de 1999 consagró la institución del Consejo de Estado (CE), figura novedosa que desde el comienzo fue mal entendida desde el punto de vista constitucional y político.

Considero que el CE es "una de esas cosas útiles que no sirve para nada". Prueba de ello es que estando consagrada en la Constitución de 1999, solo 12 años después fue que se promulgó la ley que regulaba la institución y es solo ahora que el Presidente la recuerda nuevamente y nombra a sus miembros, quizás por aquello de en épocas difíciles se nombran asesores o notables que ayuden a compartir las responsabilidades.

La Exposición de Motivos de la Constitución de 1999, compara el CE que se estaba recién creando con el Consejo de Estado en Francia y en Colombia. Ello demuestra una ignorancia manifiesta del constituyente sobre el tema, porque lo que se creó en la Constitución venezolana nada tiene que ver con la institución del mismo nombre que tienen esos países. Eso refleja la incomprensión de la institución desde su misma concepción.

De acuerdo con la Constitución, en sus artículos 251 y 252, el CE es un órgano superior de consulta del Gobierno que recomendará políticas de interés nacional en aquellos asuntos que el Presidente de la República reconozca de especial trascendencia y requieran su opinión. Dicho órgano lo preside el Vicepresidente Ejecutivo y estará conformado, además, por cinco personas designadas por el Presidente de la República; por un representante designado por la AN; un representante designado por el TSJ; y un Gobernador designado por el conjunto de mandatarios estadales.

En definitiva, el CE es un órgano asesor del Presidente, y sus recomendaciones sobre asuntos de interés nacional no tendrán ningún efecto vinculante.

Este organismo, olvidado durante más de una década, revivió el 15 de febrero pasado, con la promulgación de un decreto ley producto de la Ley Habilitante que reguló su funcionamiento. En este instrumento legal, con la típica retórica revolucionaria, se justifica la existencia del CE en la idea plasmada por el Libertador, en el discurso de instalación del Congreso de Angostura de 1819, en el cual planteaba la existencia de un órgano al que le correspondiese el conocimiento de los asuntos públicos que ayudaran al correcto funcionamiento de la República. Asimismo, señala que el CE es necesario porque "se ha vuelto imprescindible articular las políticas internas de desarrollo y de modernización con los objetivos que persigue el Estado venezolano", agregando que "una visión interinstitucional integrada en la representación de diversas ramas del Poder Público, permitiría enfrentar simultáneamente las necesidades que plantea el pueblo.

Es por ello, que el funcionamiento del Consejo de Estado garantizaría un análisis completo, interdisciplinario y objetivo de las políticas que vayan a ser dictadas por el Ejecutivo nacional, y complementaría la toma de decisiones y la ejecución de los planes que sean implementados en beneficio del desarrollo nacional".

Como vemos, el CE se perfila, de acuerdo con la dialéctica revolucionaria, como las típicas instituciones que nadie comprende y que son fundamentales y útiles, pero que, en la práctica, no sirven para nada.

La ley que regula el CE ratifica su carácter consultivo, asesor y propositivo, y establece las atribuciones de sus miembros, crea una Secretaría Permanente a cargo del Procurador General, que verifica la viabilidad jurídica de las opiniones que emanen del CE, y una Secretaría Ejecutiva que será la unidad de apoyo administrativo y técnico, encargada de coordinar la labor del CE y de centralizar toda la información y documentación atinente al mismo. Asimismo, se regula el funcionamiento y presupuesto del CE.

La instauración del CE es otra acción efectista del Gobierno para intentar demostrar que está trabajando, pero en falso.

La mora de más de una década en ponerlo en funcionamiento solo refleja la poca utilidad del CE, y se me asemeja mucho la situación a las épocas de CAP II y su Consejo de Notables. El CE pudiera interpretarse como una acción que se adopta en momentos difíciles, buscando compartir responsabilidades, legitimar decisiones y oxigenar a los gobiernos desgastados.

A título informativo, la Constitución de Cuba consagra el "Consejo de Estado" como el órgano de decisión política, legislativa, judicial y gubernamental más importante del país. Es la dirección política del sistema y la herramienta fundamental del régimen totalitario. El Presidente del Consejo de Estado es el jefe de Estado y del gobierno.

Espero que en el régimen venezolano, a nadie se le ocurra confundir las instituciones, sus roles y funciones. Suficiente con que a través de los tiempos se diga erróneamente que el CE venezolano es análogo a la institución del mismo nombre en Francia y Colombia, o que su origen se remonta a Angostura de 1819, para que ahora los piticubanos del régimen digan que en esta onda de hermandad, identidad y unidad entre los dos países, el CE, en consecuencia, es lo mismo en Cuba que en Venezuela.

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