domingo, 21 de abril de 2013

VOCACIÓN SACERDOTAL

NOTITARDE, Valencia, 21 de abril de 2013
“Yo doy vida eterna a mis ovejas” (Jn.10,27-30)
Pbro. Lic. Joel de Jesús Núñez Flautes

El cuarto domingo de Pascua es conocido comúnmente como el “Domingo del Buen Pastor”, porque en este día se lee la parábola del Buen Pastor que se encuentra en el capítulo diez del evangelio de San Juan. En esta parábola, frente a las acusaciones y asechanzas de sus adversarios, Cristo se define como la única puerta por donde entran las ovejas y como el Buen Pastor. Recordemos que en tiempos de Jesús el pastoreo y los rebaños de ovejas eran comunes y, por tanto, la imagen que utiliza Jesús para responder a los fariseos es perfectamente comprensible, ejemplarizante y al mismo tiempo profunda; porque Cristo se autodefine como la única vía de Salvación y como el único Buen Pastor que conoce a sus ovejas, que las llama por su nombre, que escuchan su voz, lo siguen y Él les ofrece vida eterna; porque está unido al Padre.
Si apelamos a la iconografía cristiana, la primera imagen que se comienza a difundir en el mundo cristiano y que es más antigua que la cruz o crucifijo cristiano es la imagen del Buen Pastor; de hecho, en las catacumbas de san Calixto en Roma se conserva la imagen de un joven pastor que lleva al cuello una oveja y simbolizaba para los cristianos de los primeros siglos a Cristo, Buen Pastor, que lleva sobre sus hombros a la oveja perdida y la conduce a la salvación, a buen pasto. Todavía hoy, la imagen de Cristo Buen Pastor es muy difundida en pinturas y estampas y es capaz de ser comprendida fácilmente por el pueblo fiel.
El texto del evangelio de hoy, que es la tercera parte del capítulo 10 de San Juan, hace hincapié en las ovejas, a las cuales, Cristo el Buen Pastor ofrece vida eterna. Él como Mesías e Hijo de Dios, unido al Padre desde todos los siglos, vencedor de la muerte y el pecado, tiene el poder de otorgar vida plena en este mundo y luego vida eterna a quien lo sigue de corazón, a quien lo reconoce como Único Dios y Señor, a quien sobre todo vive de acuerdo a sus palabras, traducidas en una vida de fe, esperanza y amor profundo a Dios y a sus semejantes. Cristo es fuente de vida perenne para quien lo sigue y cree profundamente en Él como verdadero Hombre y verdadero Dios.
Una verdadera oveja del Buen Pastor que es Cristo se reconoce porque tiene un profundo conocimiento de su Pastor (conocimiento en el evangelio de Juan se traduce como una intimidad profunda, en este caso con Cristo, Dios y Señor) y porque escucha su voz; es decir, escucha su palabra y la pone en práctica, la lleva a la vida cotidiana, vive según sus enseñanzas. Hoy, con la tendencia a vivir en un sincretismo religioso (mezcla de creencias), muchos afirman ser cristianos, creer en Cristo; pero esto es sólo un paso, es un inicio; tal afirmación se verifica en la manera de pensar, sentir y actuar y en confesar sólo a Cristo como aquel que llena todos los anhelos y aspiraciones del corazón humano, como la plenitud de lo que el hombre o la mujer creyente esperan o necesitan para vivir en la felicidad y vida plena. Por tanto, ser “oveja” de Cristo, Buen Pastor, se traduce en tenerlo a Él como único Salvador y Redentor; en seguirlo con radicalidad, ir tras sus pasos, sabiendo que no es un simple hombre, sino sobre todo el Dios verdadero; Mesías y Señor de la humanidad. Ser cristiano, ser oveja de Cristo, significa vivir de acuerdo al mandamiento fundamental y totalizante del evangelio: el amor, sin esto, no hay auténtico cristianismo, ni seguimiento de Jesús.
Cristo en la cruz dio la vida por el rebaño y con su Resurrección nos conduce al Reino de Dios Padre. El venció la muerte con su sacrificio y nos otorga vida en abundancia. La Pascua lleva consigo esta buena noticia: “El Señor es mi Pastor, nada me falta”. Que vivamos como auténticos seguidores de Jesús y confiemos en sus palabras que nos ofrecen siempre vida, porque a quien los cristianos seguimos es al Dios de la vida, del amor, de la paz que es Cristo nuestro Salvador.
IDA Y RETORNO: En el domingo del Buen Pastor se celebra la Jornada Mundial de oración por las vocaciones sacerdotales y religiosas. Oremos para que Dios Padre nos regale muchos sacerdotes, religiosas y laicos con corazón de Buen Pastor; que otorgue la perseverancia a los seminaristas y a las jóvenes que se preparan en las casas religiosas. Hoy en Catedral, nuestro Arzobispo dará la Admisión a las Sagradas Órdenes a cinco seminaristas de nuestro Seminario de Valencia: Joel Méndez (Bejuma) Juan Díaz (Las Agüitas), José Zárraga (La Isabelica), Adrián Páez (Güigüe) y Pedro Oliveros (Naguanagua). Públicamente estos jóvenes se comprometen, con la ayuda de la Iglesia, a formarse lo mejor posible para el bien del Pueblo de Dios, para llegar a ser buenos y santos sacerdotes.
Sigamos orando para que el Señor siga bendiciendo a su Iglesia con santas vocaciones y así el mensaje del evangelio siga resonando en el corazón de los hombres y mujeres de nuestro tiempo, para que vivamos en una sociedad más fraterna, justa, donde se instaure la cultura de la vida y la civilización del amor.
Ilustración: Luis Alberto Lara Rodríguez,
Cfr.
http://elimpulso.com/articulo/opinion-como-oir-la-voz-de-dios-por-isabel-vidal-de-tenreiro#.UXRUsErpm0g

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