miércoles, 5 de septiembre de 2012

TENTATIVAS

EL NACIONAL - Martes 28 de Agosto de 2012     Opinión/6
Cumbre borrascosa
VÍCTOR RODRÍGUEZ C.

Los tiempos han cambiado desde 1955 cuando se concibió en Bandung, Indonesia, el Movimiento de los No Alineados (NOAL), creado más tarde, en 1961, en Belgrado. La confrontación Este-Oeste, la Guerra Fría, ya no existe. El movimiento ha perdido espacio en las negociaciones internacionales, aunque Ahmadinejad considere que es "una alternativa a las Naciones Unidas". Sus objetivos originales: apoyo a la descolonización, la independencia ante los dos polos de poder, la lucha contra el colonialismo, el racismo y el apartheid han sido superados. Hoy, ante las nuevas realidades, se imponen otros objetivos, siempre alejados de las posturas de confrontación que pretenden imponer algunos regímenes extremistas que lo integran, como el iraní, el de los hermanos Castro o el de Chávez.
En las cumbres del NOAL ya no se logran acuerdos importantes. La Cumbre de La Habana (2003) sirvió sólo para escuchar chistes de Chávez y "honores" al decadente dictador cubano, Fidel Castro. La última, de Sharm elSheij (Egipto), en 2006, pasó desapercibida. De nuevo, ninguna decisión importante. Esta vez la cumbre se celebra en Irán, cuyo régimen es cuestionado por sus políticas cercanas al terrorismo internacional, por su empeño en irrespetar las normas internacionales, por lanzarse en un programa nuclear no precisamente pacífico, por su afán por "acabar" con el Estado de Israel, en fin, un país sancionado por la comunidad internacional. El protagonismo iraní no ayuda al grupo en su proyección internacional.
El movimiento no tiene más la importancia que tenía en la década de los sesenta. La presencia de dictadores y genocidas, como los representantes de Corea del Norte y el presidente sudanés Al Bashir, sobre quien pesa una orden de captura de la Corte Penal Internacional, entre otros, golpea fuertemente la credibilidad del movimiento. La asistencia del secretario general de las Naciones Unidas ha sido criticada, pero quizás se justifique. Desde dentro, el secretario Ban Ki-moon podría transmitir la preocupación y las expectativas de la comunidad internacional sobre temas de interés, como el programa nuclear de Irán, el terrorismo, los derechos humanos y la guerra en Siria, todos en la agenda de las Naciones Unidas.
El régimen iraní no dejará de aprovechar la presencia de más de cien países para enviar una falsa señal al mundo, especialmente pocos días antes de la llegada a Teherán de la misión del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). No hay, en realidad, un apoyo internacional a sus políticas forajidas. El movimiento no es monolítico, aunque destaquen las posturas de los más radicales.
En medio de desastres naturales (inundaciones) y tragedias debidas a la negligencia de un régimen irresponsable (Amuay), Chávez estaría preparando su viaje a Teherán para participar en la fase de alto nivel que se celebrará los días 30-31 de agosto. Junto con sus socios, Evo Morales, Castro y Correa, expresaría su apoyo al régimen iraní, con el cual mantiene estrechas relaciones de cooperación en todos los ámbitos. Son evidentes sus coincidencias: desprecio por los derechos humanos y las libertades fundamentales y la dedicación de enormes recursos para adquisición de armas, en perjuicio de los intereses y las necesidades de sus pueblos, lo que se traduce en un "endeudamiento odioso", es decir, el que contrae un poder despótico "para fortalecer su régimen y reprimir a la población que le combate", como le definió en 1927 el ex ministro ruso del zar Nicolás II, profesor de Derecho internacional en París, Alexander Nahum Sack.
En la reunión de cancilleres de mayo de este año, Chávez logra que la XVII cumbre se celebre en Caracas, en 2015, sin haberse percatado entonces de que un gobierno democrático recibirá a la dirigencia del movimiento en otros términos. El movimiento, encallejonado hoy por un grupo de regímenes que lejos de favorecer la estabilidad internacional la altera, requiere adaptarse a las nuevas realidades. El NOAL no puede ser concebido como un movimiento de confrontación, un esquema para luchar contra el "imperialismo" u Occidente.
Hoy se impone un movimiento sin contaminación ideológica, con posturas comunes y sensatas sobre los grandes desafíos de la comunidad internacional: la coexistencia pacífica, la erradicación del hambre y la miseria, la protección del ambiente, el respeto de los derechos humanos y las libertades.


Fotografía: Detalle de una gráfica particular tomada de Facebook.

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