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domingo, 2 de diciembre de 2012

HERRAMIENTAS PARA EL REGRESO

San Lucas, 21: 25-28, 34-36

En su homilía de hoy, el Padre Roberto Martialay (SJ) hizo referencia al nuevo ciclo litúrgico que concluirá con Pentescostés: el de Adviento que nos encamina hacia la Navidad. E, igualmente, señaló dos perspectivas de la venida de Jesús.

La una, inmediata, la hará en forma sencilla, humana. La fiesta se dará en el rancho más pobre del más pobre sector del último barrio de Caracas.

La otra, mediata, venida final que será de liberación si estamos velando. Todos tenemos un fin, terminamos pero sigue el mundo. Esta vez es el final de todo: muy oscuro (no sabemos si salió de la boca de Jesús). Hay un final de lo material.

El universo tiene alrededor de 13 mil 500 millones de años, está en expansión. La raza humana tiene alrededor de 2 a 4 millones de años, mientras el sol y el planeta unos 5 mil millones. Quienes escribieron las Escrituras no eran astrónomos. Pensaban que la historia del hombre tenía seis mil años.

Tardará en acabarse, pero no se sabe cuándo, y – como dijo Jesús – hay que velar. Consideremos los signos de deterioro ambiental; somos expoliadores del planeta. Toda Europa está contra la austeridad como no lo estuvo contra el despilfarro; en ella hemos deseado mirarnos como no lo hacemos con Africa, víctima del sistema capitalista mundial. Los peligros de una guerra atómica, ahora que Estados Unidos pudiera accionar contra Irán que está pendiente de Israel.

Raza humana tiene su final. Dios dará a cada uno lo suyo.

Adviento: ellos fueron más pobres que todos nosotros.

Lacasta

En su homilía del 29/11/09, el Padre Álvaro Lacasta señaló que hay etapas en la vida en las que nos encontramos con problemas graves, fuertes; también respecto al entorno familia, pueblo, nación; la comunidad precisa de herramientas útiles, consejos, como los daba Pablo a ls tesalonicenses; todos necesitamos frenar en seco, un tiempo para renovar la fidelidad a Dios, un tiempo privilegiado. Adviento, tiempo de venida; Pablo da herramientas, como la de no vivir encogidos, con fe temerosa; el cristiano ha de ser optimista, buen humor, alegría, esperanza, para irradiar. Herramientas fundamentales: caridad y justicia; amor recíproco, el prójimo se hace; el amor desinteresado nos acerca; misma procedencia: todos somos hijos de Dios. Materialización de la caridad en el tiempo de Adviento. Las cartas de Pablo tiene respuestas concretas. Experimentar una Navidad muy rica, sin esclavizarnos a los bienes materiales.

Jer 33, 14-16
Salmo 24
1 Tes 3, 12-4,2

Fotografía: LB, San Francisco (Caracas, 02/12/12)

EL PECADO DE POSTERGACIÓN

Anuncio de Jesús (Domingo 1C Adviento 02-12-12)
Se acerca tu liberación
Padre José Martínez de Toda, S.J.

¿Hoy comienza en la Iglesia la preparación para la Navidad?
Los comercios ya se han adelantado, pues así piensan vender más.
Pero en la liturgia de la Iglesia hoy es el Primer Domingo de Adviento y el comienzo del Año Litúrgico. 'Adviento' significa 'Venida', porque nos preparamos a la Venida de Jesús en Belén.
Nos alegramos por ello. Jesús es nuestro mejor amigo. Y nos alegra con su venida, porque lo que Él trae es amor, satisfacción, alegría... Isaías llama a Jerusalén "Alegría" (Is 65, 18). Y Jeremías la llama "Señor –nuestra- justicia". Eso también se aplica a la 'nueva' Jerusalén: la Iglesia. Lo nuestro es ser justos y estar alegres.
¿Ocurre lo mismo en otras religiones?
Lo que realmente hace novedosa nuestra fe, con respecto a otras religiones, es que nuestro Dios se encarnó, se hizo hombre, compartió nuestra condición humana, menos en el pecado, asumiendo todas las consecuencias de la Encarnación. No nos dejó abandonados, sino que vino a rescatarnos de nuestras miserias personales y sociales, y murió por nosotros.
Y, sobre todo, Jesús es nuestro amigo.
Un amigo es aquel que se queda, cuando todo el mundo se ha ido. Los verdaderos amigos no calculan costos, ni están midiendo gota a gota su propia entrega. Un verdadero amigo no sabe de ahorros, ni de moderaciones en la generosidad.
Así es Jesús, nuestro mejor amigo: "Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos" (Juan 15, 31), decía Jesús antes de su propia entrega hasta la muerte, y muerte de cruz.
Pero Él no sólo vino en Belén, cuando nació de la Virgen.
¿Tiene entonces otro tipo de venida?
El evangelio de hoy habla de que Jesús puede venir en cualquier momento, inclusive después de una gran catástrofe, como si fuera el Fin del mundo.
Pero Jesús nos anima y nos invita a no sentir miedo: "Cuando comiencen a suceder estas cosas, anímense y levanten la cabeza, porque muy pronto serán liberados".
Jesús viene en el acontecer diario, en la gente, en los lugares y sitios en que menos esperamos encontrarlo. Viene en el pobre. Viene en una frase de la Biblia que te llamó la atención.
Los cristianos hemos de vivir despiertos y vigilantes para descubrir al Hijo del Hombre que viene continuamente a nuestros rincones, y construye su Reino con los gestos, las palabras y los silencios de los hombres y mujeres de todos los tiempos, también de los nuestros. Viene en las actividades de nuestra iglesia: en la liturgia, en los Ejercicios Espirituales en la Vida Corriente, en la Lectura Orante de la Biblia, en la "Corona del Adviento", en el Apostolado de la Oración...
Jesús nos trae un mundo restaurado, un comienzo de amor, paz y justicia, un nuevo mundo, donde la maldad terminará – donde la creación será restaurada según el diseño de Dios.
Por eso Jesús nos enseñó a rezar: "Venga a nosotros tu reino" (11:2).
Jesús es mucho más que un recuerdo de hace dos mil años. Jesús es presencia viva hoy.
Hoy viene a mi encuentro en el misterio de la comunidad aquí reunida, en el empujón de la Palabra de Dios compartida, en el misterio grande del pan y del vino, en el amor de los hermanos. Hoy, Jesús está aquí con nosotros, en esta fiesta, en esta asamblea eucarística.
¿Qué nos recomienda Jesús para los tiempos difíciles?
Jesús nos habla con claridad y nos previene de tres cosas, que nos pueden alejar de Él: "No caigan en la trampa de los vicios, de la borrachera y de las preocupaciones de la vida" (v. 34). Eso sería vivir de espaldas al Padre del Cielo y a sus hijos que sufren en la tierra. Ese estilo tramposo de vida les hará cada vez menos humanos. Vamos por partes:
– En los vicios hay satisfacción de placeres extravagantes, inmoderados y libertinos. Es lo opuesto a servir. El vicioso desperdicia tiempo, dinero, relaciones y vidas.
– En la embriaguez se usa o se pierde mucha energía sin el cumplimiento de trabajo útil. La embriaguez generalmente va asociada con el alcohol, pero se aplica también a los efectos intoxicantes de las drogas. La embriaguez aplana nuestras inhibiciones y nuestro juicio, y reduce nuestra capacidad mental y física. ¿Cómo podemos estar alerta si estamos embriagados?
– Las preocupaciones de esta vida consumen nuestra energía sin cumplir nada, y encima nos dejan tensión alta y stress.
Pero hay además otras trampas.
¿Cuáles?
El mayor pecado no es el sexo, ni las drogas... Quizá el mayor pecado de los cristianos es "dejar para más tarde" el encuentro sincero con el Señor, porque, hoy por hoy, estoy atado con trampas y afecciones desordenadas. Decimos: "Sólo vale lo que me gusta".
Vivimos como si la telenovela de nuestra vida no fuera a tener final.
Pero, imagínese que mañana tiene una cita con su médico y al final de la visita le dice: "Tiene cáncer y le quedan unos meses de vida".
La Palabra de Dios en este primer domingo de Adviento es nuestra cita con el médico Jesucristo. Esta cita no es sólo personal, sino también comunitaria
Todos nosotros somos hombres y mujeres que estamos en la lista de espera. Adviento es tiempo de espera y de purificación, de vigilancia y de alerta.
Jesús nos pide que estemos alerta, como en la Parábola del novio y las damas de honor que lo esperaban con la novia. El  novio puede llegar en cualquier momento, y nosotros debemos esperarlo con las lámparas encendidas.
Las dos primeras Lecturas de hoy hablan de justicia y derecho (Jer 33, 15) y de amor (1 Tes 3, 12 --- 4,2). Es la misión del “Hijo de Dios”, cuya primera venida al mundo celebramos en Navidad.
Y es la misión de la comunidad cristiana en la construcción del ‘derecho y la justicia’, y en forjar una sociedad distinta donde sea posible la justicia, la fraternidad y la paz, en las que se expresa históricamente el Reino de Dios. Para que todos los pobres puedan llamar a este país ‘justicia’ y ‘alegría’.

Fuente: http://radioevangelizacion.org/noticia/anuncio-jesus-domingo-1c-adviento-02-12-12
Fotografía: LB (San Francisco, Caracas, 02/12/12)

REVISIÓN

Indignación y esperanza
José Antonio Pagola

28.11.12

[Indignados] Una convicción indestructible sostiene desde sus inicios la fe de los seguidores de Jesús: alentada por Dios, la historia humana se encamina hacia su liberación definitiva. Las contradicciones insoportables del ser humano y los horrores que se cometen en todas las épocas no han de destruir nuestra esperanza.
Este mundo que nos sostiene no es definitivo. Un día la creación entera dará "signos" de que ha llegado a su final para dar paso a una vida nueva y liberada que ninguno de nosotros puede imaginar ni comprender.
Los evangelios recogen el recuerdo de una reflexión de Jesús sobre este final de los tiempos. Paradójicamente, su atención no se concentra en los "acontecimientos cósmicos" que se puedan producir en aquel momento. Su principal objetivo es proponer a sus seguidores un estilo de vivir con lucidez ante ese horizonte.
El final de la historia no es el caos, la destrucción de la vida, la muerte total. Lentamente, en medio de luces y tinieblas, escuchando las llamadas de nuestro corazón o desoyendo lo mejor que hay en nosotros, vamos caminando hacia el misterio último de la realidad que los creyentes llamamos "Dios".
No hemos de vivir atrapados por el miedo o la ansiedad. El "último día" no es un día de ira y de venganza, sino de liberación. Lucas resume el pensamiento de Jesús con estas palabras admirables: "Levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación". Solo entonces conoceremos de verdad cómo ama Dios al mundo.
Hemos de reavivar nuestra confianza, levantar el ánimo y despertar la esperanza. Un día los poderes financieros se hundirán. La insensatez de los poderosos se acabará. Las víctimas de tantas guerras, crímenes y genocidios conocerán la vida. Nuestros esfuerzos por un mundo más humano no se perderán para siempre.
Jesús se esfuerza por sacudir las conciencias de sus seguidores. "Tened cuidado: que no se os embote la mente". No viváis como imbéciles. No os dejéis arrastrar por la frivolidad y los excesos. Mantened viva la indignación. "Estad siempre despiertos". No os relajéis. Vivid con lucidez y responsabilidad. No os canséis. Mantened siempre la tensión.
¿Cómo estamos viviendo estos tiempos difíciles para casi todos, angustiosos para muchos, y crueles para quienes se hunden en la impotencia? ¿Estamos despiertos? ¿Vivimos dormidos? Desde las comunidades cristianas hemos de alentar la indignación y la esperanza. Y solo hay un camino: estar junto a los que se están quedando sin nada, hundidos en la desesperanza, la rabia y la humillación.

2 de diciembre de 2012
1 Adviento (C)
Lucas 21,25-28. 34-36

Fuente: http://blogs.periodistadigital.com/buenas-noticias.php/2012/11/28/indignacion-y-esperanza
Fotografía: Pieza de Pol Bury.