“Recordar la obra de Caldera es reivindicar lo mejor de
nuestro pasado democrático”
Tatiana Ferrin / 31 ene 2016.- Recordar la vida, obra y
acción política de Rafael Caldera es el principal objetivo de la Comisión
Centenaria, que impulsa una serie de 12 foros para revivir al fallecido
presidente de Venezuela. “La primera expresión de su personalidad está
constituida por su sólida aceptación del pensamiento cristiano, el cual
impregnó e inspiró toda su vida, tanto personal, como política”.
Así lo aseguró el dirigente Abdón Vivas Terán, quién
participó como ponente en el “Ciclo de Foros Diálogo Libre”.
De acuerdo a una nota de prensa, Vivas Terán criticó que en
el presente no se le reconozca a Caldera cada logro conquistado durante sus dos
gestiones de gobierno (1969-1974/1959-1961). “Caldera fue hombre que trabajó
por el país, se sometió a las discusiones y críticas. Gobernó por la justicia
social con el precio del barril más bajo de la historia, 7 dólares; y aún así
superó cada obstáculo. Consagró el derecho a la propiedad privada de los
ciudadanos. Promovió e impulso beneficios para los trabajadores del país, y
como ésto muchas más obras destacadas durante sus gestiones presidenciales:
Vastos programas de obras públicas carreteras, autopistas, vías férreas, vías
de penetración, metro, edificaciones escolares, puentes, viaductos, obras hospitalarias,
culturales, deportivas, religiosas, judiciales, administrativas, científicas”,
mencionó.
“Su política, de abrir una segunda etapa a la Pacificación
cuando decidió completar el proceso de sobreseimiento a los militares
sediciosos del intento de golpe de Estado de febrero y de noviembre de 1982,
que ya había sido iniciado por el presidente Carlos Andrés Pérez cuando todas
las organizaciones del país político y de la sociedad civil clamaban por su
liberación, sigue siendo uno de los temas más candentes de su segunda
administración. Solo el curso de la historia, la evaluación más objetiva y
reflexiva de todas las causas que alimentaron estos procesos hará que
-esperamos que con relativa rapidez- se haga una luz definitiva sobre todas
esas situaciones hasta que se pongan las cosas en su debido lugar y surja
nítido y con justicia el aporte histórico de Rafael Caldera”, consideró.
Durante el foro “Rafael Caldera y la Inspiración Cristiana
de Su Acción Política”, celebrado este sábado en la sede de la CTV en Caracas,
Vivas Terán, junto a grupo de panelistas como el diputado aragueño Luis
Barragán, la dirigente Saralilian Lizarraga, Naudy Suárez y Carlos Guerra,
recordó que son muchos los problemas por los que atraviesa Venezuela y que hoy
siguen sin solucionarse y que “se han agravado severamente a raíz de este
último gobierno autoritario”.
“Entre otros la pobreza, la marginalidad, la corrupción, el
desbordado gigantismo de la burocracia, el desorden administrativo, la
inseguridad jurídica, la inseguridad personal, el odio y la desconfianza que se
ha sembrado entre los sectores y clases sociales, el grave irrespeto a los
derechos humanos, el clientelismo partidista, el desempleo, la recesión
económica, los desequilibrios básicos de la economía, la pérdida de poder
adquisitivo aguda que ha sufrido el salario real, la tremenda tasa de
inflación, la escasez de alimentos y medicinas, el desprecio por las
instituciones democráticas que ha sembrado en el corazón del pueblo el gobierno
autoritario etc., son hoy males severos que aquejan al país. Nuevos gobiernos y
nuevos líderes, de inspiración popular y que porten el estandarte de una
democracia integral, así como los sectores más avanzados de la juventud y de la
sociedad civil, estarán a cargo de la tarea de superarlos en un futuro
próximo”, agregó Vivas Terán.
Por su parte, Barragán aseguró que Caldera es un aporte de
Venezuela a la democracia universal, por la fortaleza de sus convicciones, por
la postura de sus ideas y por las consecuentes actitudes que asumió en la vida.
“No se trata de celebrar el centenario de su nacimiento por afecto a su
persona, sino porque recordar su obra –así como la de Rómulo Betancourt y de
otros políticos venezolanos– es reivindicar lo mejor de nuestro pasado
democrático; es reivindicarnos a nosotros mismos, reivindicarnos como pueblo.
Es un acto, en fin, que confronta de manera natural el infausto despropósito de
quienes gobiernan nuestro país en esta hora aciaga. Algunos podrían sostener
que sería muy temprano para intentar apreciar desapasionadamente la importante
obra de Rafael Caldera”, dijo.
Entre la historia relatada por Barragán sobre la relación
iglesia-Estado de Rafael Caldera, reflexionó sobre la hora que vive el país,
que a su juicio “nos impone apresurar el paso para rescatar y valorar lo
esencial de su labor de entre las brumas de muchas decisiones polémicas. A
alguna de ellas haremos, sin embargo, necesaria e ineludible referencia. Sí,
entre nosotros, que parece que hemos olvidado la significación histórica de las
consecuencias de la decisión de Caldera de iniciar a la muerte de Juan Vicente
Gómez – y actuando tanto contra poderosos enemigos como contra el pesimismo de
los amigos– la construcción de una opción política que llegaría a su tiempo a
postular el valor de cada ser humano, la solidaridad, la pluralidad; que
promovería el bien común, la lucha permanente por la justicia social, la
perfectibilidad de la sociedad y el carácter subsidiario de la acción del
Estado”, expresó.
Por último, el politólogo e historiador Naudy Suárez aseguró
que hay un antagonismo entre la formación doctrinaria y una práctica divorciada
de la ética en la política en la actualidad. Recordó que, en el caso del
presidente Caldera, la influencia social de la iglesia católica impulsada por
el presidente venezolano, permitió una floración doctrinaria en lo político.
“Su vinculación desde muy joven con la iglesia católica, impactado a los 17
años por las palabras del Papa Pío XI en el Congreso de estudiantes católicos
en Roma, asumió la política como la forma más excelsa de practicar la caridad y
se entregó a promover en el país una corriente de pensamiento social cristiano,
actuante en política, que vendría a influir en aspectos muy importantes en el
desarrollo de la Venezuela del siglo XX”, recordó.
Sobre su acción política, Suaréz aseveró que estuvo
iluminada por las orientaciones de la doctrina social de la iglesia. “Su gran
aspiración fue llevar a la democracia las consecuencias derivadas de los
principios del humanismo cristiano. Por ello, luchó por ofrecer al país una
alternativa distinta tanto del colectivismo marxista como del individualismo
liberal. Nunca aceptó la tesis de que son incompatibles la libertad y la
justicia social, que es la premisa básica de estas ideologías políticas. Para
él, por el contrario, la libertad es condición esencial, indispensable de una
verdadera justicia social”, expresó.
Siguiendo con el ciclo de foros que se desarrollaran durante
todo el año, el próximo será el 20 de febrero. El evento titulado “Rafel
Caldera y el Estado de Derecho en sus gestiones presidenciales” contará con la
ponencia de Asdrúbal Aguiar.
Fuentes:
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