Nicomedes Febres
* La crisis sanitaria y asistencial se va a acentuar a breve plazo, dado que el nuevo ministro de sanidad Henry Ventura es un bate quebrado. Anda por allí tratando de implantar unos límites en los precios de las emergencias que decretarían el cierre técnico de las clínicas. Una hematología sería substituida entonces, como hacía un prohombre médico del chavismo, que mientras le veía el color de la conjuntiva ocular de los pacientes calculaba así el resultado de la hemoglobina y el hematocrito y luego lo anotaba como el resultado del examen de laboratorio. Así de piratas son estos muérganos. Por eso se solicita con urgencia a un médico chavista que tenga una pizca de conocimiento y un mínimo de sentido común y alguito de amor a los enfermos para ver si lo nombran ministro por el bienestar de los pacientes, que es lo importante. José Vladimir España el sempiterno vice ministro de sanidad y director del Hospital Universitario desde hace aaaños, es el único del que puedo dar fe de que en algún momento sabía de medicina, pero al parecer, hasta eso se le olvido. Primero, no puedo entender como siempre ha sido el viceministro de unos piratas como los que le han puesto de jefes y por lo pronto eso demuestra falta de carácter o vagabundería al aceptar estar subordinado a esos ignorantes. Con razón al difunto lo mataron en Cuba los otros piratas que son los médicos cubanos, que hasta llamaron a un español para que le operara en la segunda intervención quirúrgica; fue cuando maduro dijo que lo habían operado de un absceso en una nalga y ya algunos médicos en Caracas sabíamos o intuíamos lo del rabdomiosarcoma del psoas.

* Estimo que debo tener una de las mejores colecciones de fotos de negros en Venezuela. No sé si es porque mis amigos de la infancia y mi familia me apodaban “el negro” o es la aversión que le tengo al chavismo, que no quiero ni siquiera que tenga simpatía entre los que ellos llaman ridículamente los afrodescendientes. Las fotos, que siempre “hablan” cuentan historias diferentes a las que cuentan los sifrinos y los socialistas. Las crónicas hablan de la Venezuela después de la Independencia de un país como de uno de los países mejor integrados racialmente. William Eleroy Curtis, un lobista experto del Congreso Norteamericano quién visitó a Caracas escribió casi hacia 1896 un libro titulado Venezuela, país del eterno Verano, donde se asombraba de la integración racial. El problema estaba en la integración económica porque históricamente provenían los negros de los sectores menos educados, salvo algunos personajes, como un hermano natural de Bolívar, hijo de su padre con una esclava, que fue uno de los hombres que más se benefició económicamente después de la Independencia. Las fotos son parte de la colección de negros acomodados del siglo XIX.
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