Luis Barragán
Lejos de enunciar las específicas materias sobre las cuales pretende legislar, el gobierno se ampara en una habilitante que le permitirá – incluso, confesamente – perseguir a toda la oposición y disidencia so pretexto de una campaña anti-imperialista que, por cierto, no repara en la asombrosa relación que existe respecto a China, Rusia, Cuba y otras potencias de acendrados intereses geopolíticos y geoestratégicos. Entendemos esta habilitante como un Estado de Excepción a la medida de la supervivencia de los actuales elencos del poder, contrarrestada toda posibilidad de un posterior control parlamentario, al igual que la consideración y anuncio de medidas propias de la conflictividad y urgencia alegada con tanta estridencia con el descarado desconocimiento de un principio constitucional: el de la corresponsabilidad del Estado y la sociedad en materia de seguridad y defensa de la nación.
Anunciada por Nicolás Maduro, se piensa en una ley para los “quinta-columnistas, donde justos y pecadores se las verán con él y los suyos, aunque seguramente ascenderá a tal rango la tristemente famosa Resolución 008610. Ahora, Diosdado Cabello advierte de otra, orientada a la repatriación de los dólares que, sospechamos, tiene que ver más con una profunda pugna de las camarillas en el poder, porque el dineral solamente lo tienen aquellos que tuvieron o tienen, estuvieron o están con un mismo gobierno de más de década y media. Sin embargo, las vestiduras desgarradas parecen apuntar a otro fenómeno.
En efecto, se ha invocado la unidad nacional y el sentimiento patrio, según lo entienden los más acusados representantes del régimen. Una unidad y un sentimiento que, sospechando de las grandes mayorías, exclusivamente se entiende por chavismo y, peor aún, madurismo con la mezcolanza mágico-religiosa en la que ha derivado el socialismo del siglo XXI.

Las nuevas guerras distan de la mera fantasía digital que los relatos de ciencia-ficción construyen, presumiéndolas de un intenso empleo del teclado y deleite por los monitores. Con Mary Kaldor, aprendimos que ellas constituyen una magnífica veta de negocios oscuros, concertándose y sosteniéndose a través de las mafias que pisan los más disímiles terrenos con el tráfico de drogas, de armas, de órganos, bastándoles un determinado particularismo que diga justificarlas, legitimarlas y festejarlas.
De larga maceración en el poder, un movimiento político y social deviene peligrosa secta que, a lo sumo, garantizándola, invoca las consignas ideológicas muy propias de la guerra fría. Luego de quebrar económica, social y políticamente al país, nos condena a la extemporaneidad.
Antes impensable, pues, los anaqueles estuvieron llenos en las vísperas del consabido Caracazo, ahora debemos hacer largas y fatigosas colas para adquirir los insumos básicos, electrónicamente controlados, hasta que la moneda – tal como universalmente se le entiende – llegue a su fin. Y el debate público, inducida la pérdida de su frecuencia y calidad, desemboca en un devocionario inaceptable.
Fuente:
http://www.opinionynoticias.com/opinionpolitica/22019-de-un-naciente-particularismo
Fotografías: LB, AN (Caracas, 15/03/2015).
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