lunes, 9 de diciembre de 2013

CAMINAR, TENDIENDO CAMINOS

NOTITARDE, Valencia, 8 de diciembre de 2013
La conversión es vida en Cristo (Mt.3,1-12) / Joel de Jesús Núñez Flautes

Éste segundo domingo de adviento nos presenta la figura de Juan El Bautista, que como un verdadero profeta, al estilo de Isaías, con una personalidad coherente, recia, firme, austera; que se presenta como servidor de la verdad y del Mesías que ha de venir, sincero y transparente; que con su manera de vivir testimonia que lo más importante es estar de cara a Dios, dirigir nuestros pasos hacia Él, aceptar sus enseñanzas, abandonar la vida de pecado y acercarse a la fuente de la Salvación, de salud, de paz, esperanza, fe y sobre todo amor que nos ofrece Dios en su Hijo Jesús que viene para llenarnos con la presencia de su Espíritu Santo, que es como fuego que enciende y dinamiza nuestras vidas y las transforma con su poder.
Juan Bautista, como el último de los profetas invita a una conversión, a un cambio de vida para poder recibir los beneficios de Dios, dejar atrás el camino de la oscuridad, del mal, para poder recibir los dones que vienen de lo alto y que se nos hacen cercanos, palpables y certeros en Jesús, nuestro Dios y Salvador.
El reino de Dios se ha hecho visible y cercano en la persona de Cristo y quien quiera entrar en la dinámica del amor de Dios que da plenitud a la existencia humana; necesita convertir su vida; es decir cambiar, dejar a un lado el mal y optar por el bien, por lo noble y lo santo. La conversión no es una lucha de un día, no es sólo un momento puntual, es una lucha constante, porque a diario el cristiano está tentado, son muchas las fuerzas adversas que buscan o pretenden apartarlo del camino de Dios. Quien quiera cambiar su vida no lo puede hacer solo, necesita tener la ayuda del mismo Dios; esa ayuda ya se nos ha dado desde el día del bautismo y se actualiza cuando un cristiano busca momentos para estar a solas con Dios en la oración; cuando reconociendo que volvió a caer y se dejó vencer por el mal se acerca al sacramento de la confesión para retomar el camino, cuando se acerca con fe a recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo que es alimento de vida eterna y que recibimos en cada misa, cuando meditamos y luchamos por hacer vida la Palabra de Dios, cuando se vive la caridad como expresión auténtica de que se es cristiano, discípulo de Cristo y que cumple su mandato que es el amor hecho vida, servicio, perdón, donación, encuentro, comunión, fraternidad, intimidad con Dios, atención a los más pobres y necesitados y llevar a la Buena Noticia a quien no la conoce, no con odio, imposiciones fanáticas o proselitismos como si se tratara de competencias o con pretensiones mercantilistas, sino al estilo de Cristo que vino a revelar el inmenso amor de Dios para cada ser humano y por cada ser humano que existe en este mundo.
El adviento nos prepara a la Navidad, a celebrar el encuentro con Cristo que nace en un pesebre y que nos invita a preparar nuestra vida, nuestro corazón para que Él pueda nacer dentro de nosotros con el fuego de su Espíritu. Aprovechemos éste tiempo de adviento para revisar qué cosas tenemos que cambiar a nivel personal, entorno a nuestra familia, en medio de nuestras relaciones laborales, allí donde frecuentemente desempeñamos nuestras actividades; revisar cuáles son nuestras oscuridades, qué mal me está dominando y no me deja avanzar en el camino espiritual, no me deja seguir con radicalidad y santidad tras los pasos de Jesús.
La vida es una oportunidad para convertirnos, para dirigir nuestros pasos a Dios, recibir sus beneficios y disfrutar de su presencia en este mundo y luego alcanzar vida eterna. No perdamos el tiempo en cosas que no nos hacen crecer como seres humanos y menos como cristianos, busquemos aquello que nos realiza como personas y nos ayuda a ser auténticos cristianos. La tarea no es fácil ante un mundo y una sociedad que predica antivalores y va detrás de falsos dioses; pero el cristiano sabe que si abre su vida a Dios podrá vivir día a día un progreso en su conversión o un continuo crecimiento en la santidad, en la amistad con Cristo Jesús, El Salvador.
IDA y RETORNO: Yo voy a votar. Hoy es un día para contribuir con Venezuela, con la democracia, eligiendo a los alcaldes que estarán muy cerca de los problemas que aquejan a nuestras comunidades; problemas que nos tocan vivir a diario como ciudadanos; por eso sal a votar, no te quedes sin ejercer éste derecho y deber; vota según tu conciencia, sabiendo que esa persona que elijas como alcalde es la que crees trabajará por todos, sin distinción alguna y que tiene realmente vocación de servicio. Que Dios bendiga hoy a Venezuela y a nuestra democracia. Que todo transcurra en paz y sea de beneficio para todos.
Felicitamos al Padre Luís Manuel Díaz, vicerrector del Seminario, que ha sido elegido con el 99% de los votos como individuo de número de la Academia de la Historia del Estado Carabobo. 
8 de diciembre de 2013. 2 domingo de Adviento (A). Mateo 3, 1-12
Recorrer caminos nuevos
/ José Antonio Pagola

Por los años 27 o 28 apareció en el desierto del Jordán un profeta original e independiente que provocó un fuerte impacto en el pueblo judío: las primeras generaciones cristianas lo vieron siempre como el hombre que preparó el camino a Jesús.
Todo su mensaje se puede concentrar en un grito: “Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos”. Después de veinte siglos, el Papa Francisco nos está gritando el mismo mensaje a los cristianos: Abrid caminos a Dios, volved a Jesús, acoged el Evangelio.
Su propósito es claro: “Busquemos ser una Iglesia que encuentra caminos nuevos”. No será fácil. Hemos vivido estos últimos años paralizados por el miedo. El Papa no se sorprende: “La novedad nos da siempre un poco de miedo porque nos sentimos más seguros si tenemos todo bajo control, si somos nosotros los que construimos, programamos y planificamos nuestra vida”. Y nos hace una pregunta a la que hemos de responder: “¿Estamos decididos a recorrer los caminos nuevos que la novedad de Dios nos presenta o nos atrincheramos en estructuras caducas, que han perdido capacidad de respuesta?“.
Algunos sectores de la Iglesia piden al Papa que acometa cuanto antes diferentes reformas que consideran urgentes. Sin embargo, Francisco ha manifestado su postura de manera clara: “Algunos esperan y me piden reformas en la Iglesia y debe haberlas. Pero antes es necesario un cambio de actitudes”.
Me parece admirable la clarividencia evangélica del Papa Francisco. Lo primero no es firmar decretos reformistas. Antes, es necesario poner a las comunidades cristianas en estado de conversión y recuperar en el interior de la Iglesia las actitudes evangélicas más básicas. Solo en ese clima será posible acometer de manera eficaz y con espíritu evangélico las reformas que necesita urgentemente la Iglesia.
El mismo Francisco nos está indicando todos los días los cambios de actitudes que necesitamos. Señalaré algunos de gran importancia. Poner a Jesús en el centro de la Iglesia: “una Iglesia que no lleva a Jesús es una Iglesia muerta”. No vivir en una Iglesia cerrada y autorreferencial: “una Iglesia que se encierra en el pasado, traiciona su propia identidad”. Actuar siempre movidos por la misericordia de Dios hacia todos sus hijos: no cultivar “un cristianismo restauracionista y legalista que lo quiere todo claro y seguro, y no halla nada”. “Buscar una Iglesia pobre y de los pobres”. Anclar nuestra vida en la esperanza, no “en nuestras reglas, nuestros comportamientos eclesiásticos, nuestros clericalismos".

http://creereenti.blogspot.com/2013/12/ja-pagola-recorrer-caminos-nuevos.htm

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