EL NACIONAL - Sábado 16 de Junio de 2012 Opinión/9
Confusión "revolucionaria"
MARCOS A. PEÑALOZA-MURILLO
Según T. Frängsmyr (1988), el lenguaje, principal herramienta de los historiadores, usa como ingredientes fundamentales las metáforas, símiles y analogías, por lo que éstas deberían emplearse con cuidado y sin ambigüedades. Él decía, por ejemplo, que las metáforas son para los historiadores lo que los modelos físicos-matemáticos son para los científicos, es decir, aproximaciones heurísticas más no verdades literales.
La tal "revolución chavista", mal llamada "bolivariana", debería ser una de tales metáforas, pero no lo es, y crea toda una confusión "ideológica" y una manipulación mediática. Para aclararla, hagamos una distinción entre "ideas revolucionarias", "situaciones revolucionarias" y "revolución".
Por ideas revolucionarias se entiende las que permanentemente se intentan introducir en la esencia del statu quo para producir cambios radicales puntuales o específicos. Ejemplo de ello es la aceptación social y la legalización, en algunos países, de las relaciones homosexuales; y no por ello, dado su relativo éxito, debemos referirnos a eso como una "revolución gay".
Con relación a las situaciones revolucionarias, tomamos la noción de R. R. Palmer según la cual tales situaciones se refieren a cuando el sector pierde confianza en la autoridad y en la ley vigente, cuando se rechazan las obligaciones como imposiciones, cuando el respeto por los superiores se trasforma en humillaciones y se condena los privilegios por injustos, etc. Un pueblo afligido por tales situaciones "revolucionarias", pierde su sentido de comunidad y es propenso a una contrarrevolución (Constitución, artículo 333). En este caso, una transformación adecuada de la base institucional evitaría una revolución. No se debe, entonces, tomar una situación revolucionaria por una revolución. Ejemplos históricos son los casos respectivos de Galileo y Martín Lutero.
Luego, si la supuesta revolución chavista no es tal, entonces ¿qué es? En un principio, para introducir ideas revolucionarias, el chavismo modificó la anterior Constitución para, luego, violarla y contradecirla, y generó así situaciones revolucionarias con etiqueta de "socialismo del siglo XXI", que no fueron aceptadas formalmente en referéndum posterior. De aquí que el proceso chavista se encuentra sólo en un estado de situación "revolucionaria", por lo que no es ninguna revolución ni en teoría ni mucho menos en la práctica. Lo que le hizo falta para llegar a revolución fue, precisamente, haber ganado el referéndum.
No es ninguna revolución imponer el socialismo-democrático-bolivariano-blablablá, con el apoyo de una Asamblea que también ha sido impuesta por manipulación "revolucionaria" de un reglamento de elecciones, etc., y menos a muerte.
El día que Chávez gane otra vez unas elecciones con 80%, como sucedió en 1998, podrá decir con propiedad, desde el "balcón del pueblo", que sus ideas revolucionarias y que la situación revolucionaria generada por él, se habrán transformado en "revolución". Podrá anunciar al mundo que habrá vencido, pero eso... jamás volverá a suceder ni que se haga trampa.
Son ejemplos de revolución la científica, industrial, francesa, norteamericana, china; no lo fueron, la rusa, sandinista, zapatista, cubana. Tampoco hay que confundir revolución con revuelta, sublevación, guerra civil, etc., que de esas está llena la historia. Chávez, obviamente, usurpa el concepto de revolución y lo manipula para sus propios propósitos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario