sábado, 10 de marzo de 2012

APENAS, UN DATO

EL NACIONAL - Sábado 10 de Marzo de 2012 Mundo/11
RECUPERACIÓN En Fukushima se mantiene el proceso de descontaminación
A un año del sismo, reubicados 99% de los damnificados en Japón
Sólo 0,1% de los 470.000 afectados por la tragedia esperan por una vivienda
ARMANDO AVELLANEDA AAVELLANEDA@EL-NACIONAL.COM ENVIADO ESPECIAL JAPÓN

Las ruinas de una casa de dos pisos es lo que queda en Ciudad Natori, en Sendai, Japón.

La estructura, sin paredes es el único indicador de que antes hubo vida, y único testigo de lo ocurrido hace un año, cuando el tsunami posterior al sismo arrasó con poblaciones costeras en la región de Tohoku, al noreste del país.

Donde ayer hubo vida hoy espacios vacíos; la zona, localizada cerca del aeropuerto de Sendai, en la prefectura o gobernación de Miyagi, estaba poblada hasta ese día. De 108 casas donde vivían 400 personas, queda la evidencia de lo que la furia del agua puede hacer.

Lo que altera el paisaje son pilas de escombros cuidadosamente organizados, como muestra de la reconstrucción.

En una hay carros dañados; en otras, barro y tierra bien compactados, irreconocibles si uno no se acerca. La limpieza y el orden hacen impensable que en ese lugar, en el que no se volverá a construir, una catástrofe causó 54 muertos.

La naturaleza trastocó la vida de los japoneses el 11 de marzo de 2011. Los sorprendió un sismo de magnitud 9 en la escala de Richter -cuya intensidad máxima es 10-, con epicentro al noreste, en el océano Pacífico. 45 minutos después ocurrió el tsunami, con olas de más 10 metros de altura, que penetró hasta más de 6 kilómetros desde la costa. Hubo daños en 15 prefecturas.

"Muchos decidimos olvidar y trabajar", afirmó una joven en un bar de Sendai. Uno de los que no pudieron escapar a la realidad es Eiji Suzuki, que vivía en Ciudad Natori en la estructura en pie y era propietario de un estacionamiento cerca del aeropuerto. El terremoto lo dejó muy alterado y fue al hospital.

El hombre, de 70 años de edad, fue a su trabajo para ver cómo había quedado todo. Llegó y salió antes de que el océano -localizado a 1 kilómetro de su hogar-, se embraveciera y destruyera todo. "Escapé porque manejé rápido.

Estuve en casa de unos amigos hasta que pude regresar", precisó. Hoy vive en un pueblo cercano y ha recuperado su negocio. "Quisiera volver a mi hogar, pero la zona es de alto riesgo", precisó.

Kazuko Mori, de 60 años de edad, residía cerca de Suzuki, en un edificio del que se llega en 10 minutos a pie al aeropuerto de Sendai. La catástrofe la sorprendió allí, con su madre. Se quedaron sin luz, gas ni agua ­el gobierno cortó los servicios por prevención-.

"No sabía lo que pasaba hasta que los bomberos pidieron que desalojáramos. Lo hicimos a pie. A mi madre le cuesta caminar y eso se empeoró por la nieve; se caía. Llegamos como pudimos al aeropuerto", precisó.

Tsuyio Hirayama y su esposa vivían junto a 100 familias en Shinhama, pueblo pesquero cerca de Sendai. El sismo los sorprendió en una tienda. "Fue el primer trauma; no nos imaginamos que el segundo sería peor", dijo desde un conjunto de 18 casas prefabricadas ­de más de 40 metros cuadrados cada una- que construyó el Gobierno central en Sendai a modo de albergue temporal. Allí comparte con 128 personas.

Superado el susto supieron de la alerta de tsunami. Convenció a su esposa de evacuar, pero primero fue a su casa por dinero. Cuando regresaban, sintieron el golpe del agua.

"Fueron como dos olas que nos empujaron", expresó.

Salieron como pudieron del vehículo y el agua minutos después y llegaron a un lugar para protegerse del agua y el frío ­en invierno las temperaturas pueden ser menores a cero grados-.

"Creímos que moriríamos.

Estoy contento de haber sobrevivido. Al principio tenía pesadillas, pero lo superé. Mi esposa sufre de depresiones y recuerda lo vivido; por eso suele ir al hospital", lamentó.

Registro. La catástrofe causó más de 15.800 muertos y 128.525 casas desaparecidas en todo el país. El Gobierno calculó daños en más de 200 millardos de dólares. Una de las gobernaciones más afectadas fue Miyagi. En febrero se contabilizaron 9.472 muertos -3.182 en Ishinomaki-y 83.861 residencias destruidas.

"Los dos problemas han sido trabajo y viviendas. Los desempleados ­más de 110.000- laboraban en el sector agrícola y en el pesquero, principalmente; 10% de las tierras quedaron inutilizables y en algunas zonas la costa se hundió hasta un metro, lo que facilita inundaciones", explicó Yoshihiro Murai, gobernador de Miyagi.

En la prefectura de Fukushima hubo la crisis en la planta nuclear Fukushima Dai-ichi, manejada por la empresa TEPCO. Hubo emisión de partículas radiactivas a la atmósfera y al mar. Se le calificó como el accidente atómico más grave desde la explosión de la planta de Chernóbil en 1986. Hay una zona de protección de un radio de 20 kilómetros desde la central que está deshabitada.

La economía del país fue golpeada; en 2011 solo creció un trimestre. El turismo bajó también.

El Gobierno central definió un plan de reconstrucción de 10 años, centrado en rehabilitar las zonas de desastre; restaurar la vida de los afectados, revivir la economía.

Los actores clave son los 222 municipios impactados, que deben presentar un plan; las gobernaciones deben apoyarlos, mientras que Tokio debe bajar el dinero, dar asistencia y optimizar el trabajo con la Agencia de Reconstrucción, creada en febrero, que coordina a los ministerios.

"El tsunami barrió con pueblos. Hay que ver qué tipo de tierras se pueden trabajar, cómo rehacer la vida de los afectados ­buena parte gente mayor-, reindustrializar la zona ­recuperar las antiguas y atraer nuevas-, y eso hay que consensuarlo", explicó Yoshio Ando, consejero de la Secretaría de Reconstrucción.

La recolección de escombros supera en muchas zonas 90%, dijo en Caracas Shotoku Habukawa, de la Embajada de Japón. De 470.000 damnificados, 337.619 han sido reubicados en hoteles y apartamentos que el gobierno alquila o en 52.000 casas temporales; más de 140.000 han recuperado sus hogares, se mudaron a otros, o están con sus familiares; solo faltan 600, según Habukawa.

"Para la reconstrucción se han aprobado 240 millardos de dólares. Cerramos todos los centros de evacuación, progresamos en la limpieza de las zonas afectadas, y recuperamos servicios públicos como agua, electricidad y gas, excepto en las zonas de la crisis nuclear.

Se ha subsidiado a instituciones financieras para que den a los afectados créditos para viviendas a bajos intereses. Para la reindustrialización ofrecemos exenciones de impuestos y subsidios", expresó Ando.

En Miyagi hubo más de 320.000 damnificados, 14% de la población. Para diciembre los habían recolocado y cerrado los albergues. El aeropuerto de Sendai recuperó su pista de aterrizaje el 29 de marzo, con ayuda de Estados Unidos. Los vuelos se reiniciaron el 13 de abril. Más de 347 kilómetros de los 675 de vías rápidas de la entidad fueron destruidas; el 24 de marzo se levantaron las restricciones de tránsito.

"El gran reto es la economía.

Esperamos recuperar, relanzar e internacionalizar la agricultura, pesca y silvicultura en 10 años", expresó Murai.

En Fukushima sigue la descontaminación. Se espera rehabilitarla en 10 años. Se hacen controles a carnes y vegetales que no arrojan riesgos. En el Centro de Tecnología Agrícola de Fukushima se reconoció que frutas y peces tienen radiación. La veda de pesca sigue vigente allí.

Quejas. Hirayama, hoy desempleado que vive de aportes del gobierno. No está satisfecho con la reconstrucción. "El Ejecutivo central ha trazado un plan pero no sabemos qué pasa; sentimos que todo es muy lento", lamentó.

La señora Kazuko Nunakata, de 61 años de edad, dijo percibir que era poco lo que se hacía. "El Gobierno no actúa y la oposición bloquea; las prefecturas y las alcaldías parecen paralizadas", recriminó.

Kanaki Yamaoka, del Instituto de Economías en Desarrollo de Japón, afirmó que es la oportunidad para cambiar el modelo de desarrollo. "Hay que revolucionar el sistema económico; a uno más abierto y flexible", indicó.

Propuso un óptimo funcionamiento de la Agencia de Reconstrucción y mayor colaboración intergubernamental.

"Hay que aumentar la comunicación con los Ejecutivos locales. La clave es hablar con la gente y no centralizar decisiones", concluyó.

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