miércoles, 1 de abril de 2020

EL HUÉSPED PELIGROSO

La delación del corona virus
Juan Pablo García  
 
La pandemia ha sorprendido a los venezolanos en el peor momento de la historia. El coronavirus encuentra a un país en condiciones sanitarias absolutamente deplorables, con médicos y  enfermeras forzados a emigrar, mientras que los que se quedan son simplemente relegados, obviados, perseguidos y reprimidos si dicen alguito que no guste a la dictadura, denuncian viva y públicamente lo que todo el mundo sabe, o tratan de atender a un paciente así vayan y vuelvan a sus casas a pie. Lo que ha quedado gigantescamente evidenciado es el fracaso de todos los Barrio Adentro, de los médicos y de los medicamentos cubanos. Son larguísimos veinte años en los que se le metió real constante y sonante, regalándose literalmente a la dictadura cubana por no hacer nada, por estafarnos. Entonces, la demagogia socialista, el populismo chavista al extremo, ha quedado por completo al desnudo. Y, como ya nadie le cree al madurismo, éste se limita a anunciar (sin e más mínimo pudor) operaciones como el “tun, tun, tun” y aplaudir operativos como el de la tal “furia bolivariana”, importándole un bledo la suerte de tdos y cada uno de los venezolanos.

Esto ha pasado en un país que fue una de las potencias petroleras más importantes del mundo, con una PDVSA ubicada en el ranking de las mejores transnacionales del mundo. Como vemos, el socialismo hizo el contra-milagro de quebrar a un país petrolero. Con una monumental  deuda pública externa. Con un siglo XXI hasta ahora caracterizado por una dictadura que despilfarró y se robó centenares de miles de millones de dólares. Literalmente los botó en una fiesta infinita y exclusiva para quienes forman parte de los círculos del poder, trastocados en sendas mafias. Esto es lo que delata el coronavirus en curso. Hasta por los “pequeños” detalles porque se desorbita el satélite artificial que llaman Simón Bolívar, perdiéndose esos reales, y muy poco o nada se sabe de los satélites Miranda y Guaicaipuro. Y es que esto tres peroles de facturación china decidió comprarlos Chávez porque le dio la gana con una inversión grandísima de recursos. Ahora, todos nos preguntamos ¿para qué sirvieron? Para la telemedicina, la educación, las comunicaciones, no fue, ya que peor no se puede estar ante la COVID19 que corre por cada aldea, caserío, pueblo y ciudad venezolana con comodidad. Sólo sería para TeleSur y, si de usos militares se trata, para mapear la región y darle la información a todos los irregulares y terroristas que anidan sobre todo al sur de Venezuela.

El coronavirus delator lo hace con nuestra propia historia. Este fue un país plagado de enfermedades y de guerras civiles que pudimos superar desde mediados del siglo XX. Fue un éxito mundialmente reconocido la derrota de la malaria. Nuestros médicos y enfermeras fueron y son de los mejores del mundo formados con un extraordinario rigor académico.  Pero, desde que comenzó esta dictadura del XXI, comenzaron  a brotar el paludismo, el sarampiónn, la lechina, entre otras enfermedades. Desprovistos de vacunas, sin asistencia hospitalaria, la pandemia nos ha sorprendido con esta infeliz reaparición de los males que décadas muy  atrás ya habíamos superado. Encima de eso el régimen creyó que un médico se fabrica de la noche a la mañana y los inventó comunitarios. Son muchos los que de buena fe han cursado y cursan esta disciplina, pero también está demostrado que no han estado ni lo están suficientemente para enfrentar al peligroso huésped de la hora. Por ello, la emergencia, la muy necesaria emergencia sanitaria acordada por la Asamblea Nacional por iniciativa de la encargaduría presidencial. Una iniciativa a perfeccionar, sin dudas.

Fuente:
Ilustración: Ana Black.

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