“Caminando con Cristo”
Lo puro y lo impuro (Mc. 7,1-8.14-15.21-23)
Pbro. Lic. Joel de Jesús Núñez Flautes
El evangelio de este domingo nos presenta la escena de unos fariseos que preguntan a Jesús el porqué sus discípulos comen sin lavarse o purificarse las manos.
Los fariseos eran personas muy ritualistas, fanáticos que distorsionaban el verdadero sentido de la Palabra de Dios. Entre tantos rituales que tenían estaba el lavarse las manos y los brazos ritualmente, exageradamente, y al ver que los discípulos de Jesús no hacen este rito lo cuestionan sobre el asunto. No se trata aquí de un caso de higiene (como podemos hacer nosotros antes de comer), se trataba de un rito largo antes de comer y al mismo tiempo sin sentido, que en nada afecta a los mandamientos de Dios.
Para los fariseos este acto significaba estar puro ritualmente y se había convertido en una tradición intocable. Las palabras de Jesús a la interrogante de sus interlocutores son categóricas: “Bien profetizó Isaías de ustedes, hipócritas: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrinan que enseñan son preceptos humanos”. Jesús condena el tradicionalismo farisaico que mata la ley de Dios.

IDA Y RETORNO: Oración, conciencia y acción por Venezuela.
Fotografías: Desaparece y reaparece en la red de redes. Es el rostro de Jesús, publicado años atrás de acuerdo a los especialistas. No constituye herejía alguno imaginarlo de una forma diferente a la versión bizantina, por ejemplo. La "pinta" del Salvador no es decisiva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario