domingo, 1 de noviembre de 2020

REY

Maestro...alguna vez todos tenemos que partir. Mi mejor homenaje, Dr. Juan Carlos Rey, fue el que pude hacerle en ocasión de haberle sido conferido su muy merecido y postergado Doctorado Honoris Causa..Descanse en Paz, MAESTRO!!!

DISCURSO DE ORDEN CON MOTIVO DEL OTORGAMIENTO DEL DOCTORADO HONORIS CAUSA AL PROFESOR JUAN CARLOS REY

Fernando Falcón

Presentar la vida académica y la obra de Juan Carlos Rey no es tarea fácil. Autor de más de 70 libros y artículos académicos tan influyentes en el pensamiento político venezolano de los últimos 30 años tales como Ensayos de Teoría Política, Problemas Sociopolíticos de América Latina y El futuro de la democracia en Venezuela, su trabajo intelectual y docente, es una mezcla de constancia y creatividad en el cual se funde su labor de pedagogo con el reconocimiento y la producción de sus discípulos directos e indirectos, entre quienes honrosamente me cuento.

No proseguiré, sin embargo, sin antes agradecer a las autoridades académicas de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, en su Consejo de Facultad y en la persona de su Decano, el Doctor Ramón Crazut, el haberme confiado tal tarea, que es un honor, y es a la vez, por la densidad del aporte de Juan Carlos Rey a la difusión y el conocimiento de la Ciencia Política en Venezuela, un verdadero desafío intelectual y moral. Lo intentaré, en el límite de mis modestas capacidades.

Siguiendo las recomendaciones que él mismo alguna vez me hiciera, comenzaré tal tarea auxiliado por la ruta cartesiana que aconseja descomponer las labores ante la complejidad y el reto que comportan. Así, en la primera parte de esta presentación mostraré la evolución de su trabajo intelectual y en la segunda me referiré a algunas de sus formulaciones y prescripciones que, por encima del cuadro tradicional de los estudios de Ciencia Política, constituyen una mirada sobre el país en que vivimos y el futuro de sus formas e instituciones políticas.

La tarea intelectual y docente de Juan Carlos Rey arranca desde 1960, de la mano del inolvidable Maestro Manuel García Pelayo, su mentor y amigo quien lo conduce prontamente por los senderos de la reflexión política académica y la incipiente docencia universitaria en esa área del conocimiento. Completa su proceso de formación en la Universidad de París y se adentra prontamente en el campo de la historia de las ideas políticas como uno de los puntales de la celebérrima colección Antología del Pensamiento Político que dirigiera Manuel García Pelayo, como traductor, compilador, seleccionador de textos e introductor a obras que por primera vez, en la mayoría de los casos, se vertían en lengua castellana. De esa primera época son sus presentaciones a Bases de la Legislación Civilde la URSS y de las Repúblicas Federadas, al pensamiento de Benjamín Constant, Liberalismo y Democracia , su largo y brillante estudio introductorio a Las Formas de Gobierno en la  Historia del Pensamiento Político, los artículos Burocracia y Política y Poder Espiritual y Auctoritas en el Pensamiento Marxista y su traducción, primera en lengua castellana, de la obra de Gabriel Naudé, Consideraciones Políticas sobre los Golpes de Estado.

El segundo momento de su producción intelectual se inicia hacia 1971, cuando a la guiatura de García Pelayo se le añade la influencia que tuviese en la formación de sus ideas ese genio extraído del Renacimiento, biólogo, cibernético, sociólogo, ajedrecista consumado, músico y estudioso del conflicto sociopolítico, Anatole Rapoport. A partir de ese período Juan Carlos Rey se adentra en el estudio profundo de la realidad política venezolana contemporánea, su incipiente democracia, el funcionamiento de sus instituciones, el sistema de partidos, el funcionamiento del sistema político venezolano, la democratización de la defensa nacional y los problemas derivados de la política exterior del Estado, al ser vistos como política pública.

En esta etapa, que dura hasta su jubilación en 1985, como Director del Instituto de Estudios Políticos, se producen sus ya clásicas obras Ensayos de Teoría Política de alto sabor sistémico y rapoportiano y Problemas sociopolíticos de América Latina, una seria reflexión acerca de lo nuestro desde la óptica de lo nuestro, de esa América Latina, una y variada, en que se confunden y coexisten los pensamientos más anacrónicos con los criterios más avanzados y recientes en materia de teoría política.

De ese período son sus producciones intelectuales Modelos Teóricos para el Estudio del Subdesarrollo Político Latinoamericano, El Sistema de Partidos Venezolano, Tipologías de la Estratificación Socialen América Latina, Regímenes Autoritario-Burocráticos Latinoamericanos, Ideología y Cultura Política: el Caso del Populismo Latinoamericano, Estrategia Política, Sistema Político y Elecciones Municipales, Individualismo vs. Holismo en el Estudio de Sistemas Complejos, Doctrina de Seguridad Nacional e Ideología Autoritaria, Problemas de Seguridad en un Estado Democrático, Secreto de Estado y Libertad de Información, El Financiamiento de los Partidos Políticos y la Democraciaen Venezuela, Del Golfo de Venezuela al Esequibo: una Exploración de Alternativas, El Sistema Político Venezolano y los Problemas de su Política Exterior y su fundamental y  sibilina obra La condición Bolívar o la imposibilidad de la democracia: Apuntes para una Teoría de la Dictadura.

Es ésta igualmente la etapa de la docencia en aula, de su interacción con sus alumnos, muchachos venidos de cualquier rincón de la geografía nacional, atraídos por la idea de estudiar la política como ciencia, de comprenderla más allá de localismos y rivalidades, de doctrinas e imposiciones. La labor docente de Juan Carlos Rey se caracterizó tanto por su exigencia en el aula como por su prédica constante acerca de la democracia como camino, como forma de vida y como meta constante de los anhelos humanos. Es también la época de la propulsión y concreción de algunas de sus metas: coadyuvar decisivamente a la creación de la Escuela de Estudios Políticos y Administrativos y a la organización y administración académica del Doctorado en Ciencias Políticas.

El tercer momento de su producción intelectual, el más fecundo y crítico de su larga carrera académica surge a partir de 1985, cuando a pedido de quien fuera su entrañable amigo, Luis Castro Leiva, ingresa al Instituto Internacional de Estudios avanzados (IDEA) como fundador de la Unidad de Ciencia Política y consejero y asesor de la Unidad de Historia de las Ideas, de la cual quien les habla tuvo el honor de formar parte. Es la etapa de la reflexión crítica, ya libre de los absorbentes compromisos de aula, de la búsqueda de soluciones académicas a problemas críticos de la democracia que amenazaban ya, desde tan lejana época, con su derrumbe o al menos con su confiscación o transformación en una polisemia contentiva de todos los errores y de todos los vicios, que esa extraordinaria mujer, la ilustre pensadora política Judith Shklar calificaba como los sepultureros de la idea real del término: la corrupción, el resentimiento, la misantropía, el esnobismo, la hipocresía, la crueldad y la traición. Es una etapa de acción personal para detener la caída, poniendo su prestigio académico al servicio de la Nación, desde la Comisión Presidencial para la Reforma del Estado y desde las revistas especializadas o de divulgación masiva, con la advertencia señera del universitario, tantas veces no escuchado por quienes tienen a su cargo la toma de decisiones políticas. Allí están sus trabajos Crisis y Reforma del Estado, La Democracia, la Opinión Pública y la Política  Exterior, Los Veinticinco Años de la Constitución y la Reforma del Estado, Reformas del Sistema Electoral Venezolano, El Derecho de Excepción y el Régimen Jurídico de la Seguridad y Defensa en Venezuela, Análisis Crítico de la Ley Orgánica de Seguridad y Defensa, Reformas del Sistema Electoral, La Democracia en Venezuela: Balance y Perspectivas, Introducción al Estudio del Poder, Visión General de la Reforma del Estado y sus Problemas Políticos, Democracia, Desarrollo y Redistribución en Venezuela, Treinta Años de Democracia en Venezuela: Balance y Perspectivas, Continuidad y Cambio en las Elecciones Venezolanas, Problemas de la transición demo­crática y de la consolidación de la democra­cia en América Latina, El papel de los partidos políticos en la creación y consolidación de la demo­cra­cia en Venezuela, La  Democracia Venezolana y la Crisis del Sistema Populista de Conciliación, Apogeo y Decadencia de la Democracia Representativa, y La crisis de legitimidad en Venezuela y el enjuiciamiento y remoción de Carlos Andrés Pérez de la Presidencia de la República. Creo innecesario comentar esta etapa de su obra porque los títulos de la misma dan la medida exacta de sus angustias y preocupaciones. Allí esta también su decisivo libro El Futuro de la Democracia en Venezuela, mezcla de admoniciones y desasosiegos acerca de una problemática que se nos acercaba, inexorable tal vez, pero que ha podido evitarse.

El cuarto momento es el del ahora y se inscribe en la segunda parte de mi propósito. A partir de 1998, el papel de la obra de Juan Carlos Rey ha sido el del combate, el del intelectual comprometido con el poder de la idea democrática, de una democracia como forma de vida que rechaza la visión de la política como conflicto existencial, de una democracia que, al evaluar el debate y la diatriba política, coloca la convivencia en primer lugar ya que la actividad en la polis es en esencia una actividad entre humanos. Valgan como colofón las palabras de una de sus influencias confesadas, Anatole Rapoport, acerca de la actividad política en Democracia. Como ajedrecista consumado que era, el símil no puede ser más oportuno:

“Uno no puede jugar al ajedrez si termina siendo consciente que las piezas son almas vivas y del hecho que las Blancas y las Negras tienen más en común entre ellas que con los propios jugadores. De repente, uno pierde todo interés en quién será el campeón.”

En ese combate por devolverle a la democracia su dignidad perdida resaltan sus trabajos Sobre la  Constitución, la Constituyente y otros menesteres, Observaciones sobre el Título VII (El sistema de seguridad y defensa) y el Título IX (Los sistemas de protección de la  Constitución) de las ideas fundamentales para la Constitución Bolivarianade la V República, Estado, Sociedad y Educación en Venezuela, Consideraciones políticas sobre un insólito golpe de Estado, Poder, libertad y responsabilidad política en las democracias representativas, Caminando por la cuerda floja: los poderes del Presidente, la gobernabilidad y la legitimidad de la Constitución de 1999, Esplendores y miserias de los partidos políticos en la historia del pensamiento venezolano, Constitución y Poder Constituyente en el proyecto político de Hugo Chávez y Ante el peligro para la libertad y la democracia que implicaría la reelegibilidad ilimitada del Presidente de la República.

Aún hoy, en el momento de serle conferida esta distinción que nos convoca, acaba de publicar sus obras El pensamiento político en España y en sus provincias americanas durante el despotismo ilustrado (1759-1808)  y Personalismo o liderazgo democrático. El caso de Rómulo Betancourt.

Allí esta su labor, para legado del presente y el porvenir. Por eso, nunca mejor venida la distinción que se le impone, de Doctor Honoris Causa, aunque me permito añadir, que este homenaje puede prolongarse con la profundización en el estudio de sus textos e ideas y con la publicación por parte de las autoridades universitarias de tan fecunda e inestimable obra.

Profesor Juan Carlos Rey:

Sus alumnos, discípulos y amigos estamos hoy congregados para rendir homenaje a su trayectoria y a sus desvelos. La Escuela de Estudios Políticos, que Ud. contribuyó a formar, donde desarrolló lo más profundo de su condición de docente, donde hizo, en palabras de Manuel García Pelayo, realidad su verdadera vocación, es hoy una Escuela fuerte, bien dirigida, con la mayoría de sus profesores en posesión de la borla doctoral o en vías de conseguirla, donde se investiga y se produce obra escrita, donde se trabaja y se debate sobre el país. El otro objeto de sus esfuerzos, el Doctorado, hoy por hoy produce egresados, investigación y tiene un propósito firme, contribuir decisivamente a la elevación de la calidad de las ideas políticas en Venezuela. Ambas instituciones, profundamente agradecidas por su aporte, elevaron en su momento esta solicitud de reconocimiento a su trayectoria, apoyados de manera entusiasta por los Decanos Jorge Pabón y Ramón Crazut, por el Consejo de Facultad, el Consejo Universitario y las autoridades que hoy presiden este acto encabezados por nuestra Rectora Cecilia García Arocha. Maestro, contemple su obra...

Séame permitido concluir estas palabras con un recuerdo personal. Hace unos cuantos años, un joven profesional solicitó su admisión para comenzar sus postgrados en el área de Ciencia Política. Con la sencillez del magisterio, con la actitud de un verdadero mentor, el Profesor Juan Carlos Rey, después de escuchar a ese joven, lo estimuló, condujo y luchó para su admisión en esos cursos. Con los años, ese joven se transformó en profesor universitario y discípulo de uno de sus mejores amigos, el temprana y lamentablemente fallecido Luis Castro Leiva.

Ha querido el Supremo Constructor del Universo, en su infinita bondad, que ese joven, discípulo de uno de sus amigos, tenga hoy, como Director del Doctorado en Ciencias Políticas, el inmenso honor de pronunciar las palabras que le dan a Juan Carlos Rey Martínez, la entrada a este Claustro como Doctor de la  Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas por la Universidad Central de Venezuela.

Bienvenido nuevamente a su Casa, Doctor Juan Carlos Rey.

Gracias.

Fuente:

https://www.facebook.com/fernandofalconv 

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