miércoles, 26 de febrero de 2020

LA FUERZA ACTUALIZADORA DE UNA CRISIS

Diputado Luis Barragán: Las universidades tienen la oportunidad histórica de generar el oleaje democrático que aporte el cese a la usurpación

Ser consecuente con lo que se predica es una rara virtud en estos tiempos, sobre todo si proviene del mundo político. El Diputado Luis Barragán es de los pocos parlamentarios erigidos en voceros de la situación que aqueja a la Universidad venezolana. Todavía recordamos aquella pletórica campaña de 2015 en ocasión de la elección de la Asamblea Nacional, cuando algunos candidatos a diputados llegaron a ofrecer, en caso de alcanzar una curul, convertirse en defensores natos del sector universitario, al esgrimir su condición de profesores. No fue precisamente el Diputado Barragán quien en aquella ocasión iba a la reelección, uno de aquellos oferentes. Sin embargo, el tiempo que le ha dedicado al tema universitario, ha hecho crujir la sensibilidad de no pocos que entienden la Universidad como un coto cerrado.

Los debates en los cuales el Diputado Barragán ha terciado, unido al religioso análisis que regularmente dedica a la Universidad venezolana, lo han hecho merecedor del respeto y ojeriza de algunos gremios. Por ello, aprovechamos este espacio que nos ha ofrecido Opinión y Noticias para sugerir al Diputado Barragán varias preguntas, cuyas respuestas pueden ofrecer luces en medio de las sombras que pretenden arropar a las principales casas de estudios del país.

José Alberto Olivar
25 de febrero de 2020


JAO: Usted hace poco trajo a colación la gesta protagonizada por los estudiantes de 1928 frente a la tiranía gomecista, señalando que le resultaba impensable que luego de aquella valiente manifestación de rebeldía, la generación del 28 hubiese aceptado cohabitar con Gómez. ¿Estima que la dirigencia estudiantil de esta hora no ha estado a la altura para hacer frente sin vacilación a la dictadura? O simplemente ha sido objeto utilitario de un sector predominante de la oposición?

LB: Es necesaria la perspectiva histórica del movimiento estudiantil venezolano, portador de una rica tradición de luchas que el actual régimen, desde sus inicios, ha minimizado y adulterado, hallando audiencia – es  necesario reconocerlo – entre quienes lo sufren. Frente al oprobio, décadas muy atrás, a  pesar de las limitaciones y peligros que comportaba, bullían espontáneamente las ideas en procura de oportunidades para canalizarlas con un extraordinario y hasta sorpresivo vigor, como ocurrió en 2014 y 2017, generando una fuerza o movimiento social que aún está pendiente de una respuesta cónsona del liderazgo  político de oposición. En el fondo, hay un ideario y un programa subyacente muy pendiente,  que debemos  interpretar y desarrollar, a favor de la libertad y de  la liberación de los venezolanos.

No pretendemos una emulación automática de esa tradición de luchas, por las específicas e inéditas circunstancias que atravesamos, pero convengamos, por una parte, con las excepciones de rigor, en un desempeño demasiado convencional de la dirigencia estudiantil de estos años que no se compadece con la autenticidad y el empuje de otras generaciones; y, por otra, constatemos el condicionamiento exagerado de ciertos sectores de la oposición que sólo aspiran a asimilarla, prometiéndoles un ascenso burocrático para la inevitable adultez que sacrifica la más elemental noción del servicio y del compromiso públicos.  La crisis existencial de la universidad venezolana, sin dudas, actualiza el problema, aunque – en un abanico de soluciones - dejará abierta las puertas a una promoción generacional de vocación histórica que  rompa el círculo vicioso de un régimen indispensable de estremecer desde sus cimientos. De lo contrario, tarde o temprano, repetiremos la tragedia,  nuevamente como tragedia.

JAO: Más allá de las posturas retóricas asumidas por algunos gremios universitarios agrupados en torno a FAPUV, ¿considera usted que el llamado a elecciones para escoger autoridades universitarias, representa una verdadera oportunidad para desafiar la dictadura o simplemente un medio para que algunos interesados satisfagan vieja aspiraciones burocráticas?

LB: En  el  universitario se repite lo acaecido en otros ámbitos  sociales, por dispares que fuesen, respecto a una burocracia aferrada a los escasos privilegios que le quedan, reacias a la renovación regular de sus directivas, quizá a la espera de un hecho fortuito que les prolongue ahora el mandato.  Hay resistencia, abierta o soterrada, frente a los libres comicios universitarios, prefiriéndolos negociados o dialogados con la dictadura que también se divierte con las vicisitudes que provoca. La inevitable coyuntura les llegó a los gremios docentes, estudiantiles y de egresados para darles un portazo a quienes opten por cumplir las órdenes de la dictadura, prolongando la agonía con la postergación del plazo que se dio, objeto de las conversaciones de las que aún no se saben; o para abrir las puertas generosas hacia la reivindicación del artículo 109 constitucional y de la Ley de Universidades, como se ha manifestado en La Universidad del Zulia (LUZ), o en la Universidad Simón Bolívar (USB), cuyos gremios han dado real y visible testimonio de combate cívico.

Desde hace meses, hemos planteado la convocatoria y realización inmediata de las elecciones constitucionales, masivas y simultáneas,  en todas las universidades públicas y autónomas del país y, como lo señalamos en las sesiones correspondientes de la Asamblea Nacional, capaces de generar el oleaje democrático que aporte al cese de la usurpación.  Consabido, hemos propuesto sendos proyectos de leyes y de acuerdos en la materia, conjuntamente con la Asociación de Profesores de la Universidad Simón Bolívar (APUSB). Por cierto, en relación a los gremios de obreros y empleados, para una futura y plausible participación en el destino de cada universidad, la más apropiada, cuya discusión sincera no podrá posponerse, deben comprender y asumir que están siendo utilizados por el gobierno usurpador y, en todo caso, pueden aprovechar el llamado a comicios con apego fiel al citado 109, como la ocasión propicia para renovar las directivas por muchísimos años resistidas al libre sufragio de sus asociados.

JAO: ¿No considera usted que la actitud poco diáfana de las autoridades rectorales de varias universidades nacionales frente al régimen, no es más que reflejo de la cruda realidad que sacude a la dirigencia política opositora?

LB: La locuacidad no ha sido – precisamente – una característica notable de las autoridades universitarias, en una hora  tan urgida como la actual. Cada comunidad ha esperado la debida información y orientación de sus rectores, instando a las movilizaciones que, además, ayuden a crear o a recobrar la identidad y la mística, ciertamente, diluidas o resquebrajadas, constituyendo la ventaja inicial de la usurpación. Este aspecto es el más decisivo del esfuerzo gubernamental por arrodillar y humillar a las casas de estudios, más allá del déficit deliberado del presupuesto, el deterioro galopante de la  planta física, la desalarización del profesorado (o pobresorado), con estímulo de la deserción masiva de estudiantes, docentes y también funcionarios administrativos de larga experiencia.
Luce  obvia la correlación, pues, la tendencia del liderazgo político del status quo, es la de  una actuación opaca, teniendo por habilidad política la de un entendimiento con sus verdugos. Digamos que los diálogos de República Dominicana, Noruega y Barbados, sellaron una cierta cultura de la cohabitación que no dejó ni dejará de promover el régimen, contaminando en lo posible al resto de la sociedad. Y, con mayor razón, debe resistirse la universidad.

JAO: ¿Cree usted que la gran mayoría de los profesores, estudiantes, obreros y personal administrativo que sobrevive día a día con una remuneración inferior a $ 10 mensuales, está verdaderamente interesada en acudir a unas elecciones universitarias que no le va a resolver su situación de  precariedad económica?

LB: A quien claman, rasgándose las vestiduras, por un divorcio entre la universidad y el país, les interesa el discurso aislacionista para sobrevivir en una universidad que tampoco sobrevivirá de continuar esto que es, algo más que una dictadura.  Los comicios de acuerdo a la tristemente célebre sentencia 0324, no contribuirán a superar la molicie social y económica que explica al socialismo, pero las libérrimas elecciones constitucionales lo harán, cuando la universidad misma recupere – iniciando el paso – su propia condición de universidad, consciente de que sus precariedades sintetizan la consecuencia, mas no la causa de sus desgracias.

Régimen al fin y al cabo, no  es casual el fenómeno, pues, de un lado,  unas elecciones amañadas, arbitrarias, injustas, con la 0324,  menos aún solventarán los problemas sociales  y económicos que son importantes, pero no decisivos como lo predican ciertos devotos de reivindicacionismo burdamente laboral;  por consiguiente, yendo al centro del drama, mientras que unas elecciones rectas, limpias y transparentes, con el artículo 109 por delante, darán comienzo al rescate o recuperación de la propia universidad que tiene la oportunidad histórica e irrepetible de celebrarlas, en medio de la dictadura. Del otro, unas elecciones con Maduro en el poder, mediatizado el CNE, entre otros factores, no solventarán nuestra tragedia, por lo que demandamos la ocasión para unos comicios libres, claros y competitivos en Venezuela.

JAO: ¿Qué lectura le da usted a la maniobra  del actual ministro de Educación Universitaria César Trómpiz, de solicitar al TSJ la extensión del plazo inicialmente establecido en la medida cautelar?

LB: Incompetente la usurpación, incurre en una solicitud formal de la que ya se sabía, pues,  meses antes del encuentro ritual entre  el departamento ministerial y el judicial, lo había deslizado, quizá porque esperaba que fuese materia de los diálogos de Oslo, como no lo fue para desencanto de propios y extraños. No existe la capacidad política y académica suficiente para copar a su antojo, a todas las universidades del país, luego de dos largas décadas de dictadura. No obstante, puede improvisar, como lo ha hecho, cautelosa y  pacientemente, con intervenciones quirúrgicas en las universidades, sabiéndose con piezas pendientes como la del vicerrectorado administrativo de la Universidad Central de Venezuela (UCV).  Que sepamos, el dispositivo técnico – administrativo también les ha fallado, pues, la implementación de la sentencia 0324 por el ministerio y el Consejo Nacional de Universidades (CNU) usurpadores, se dice, continua en consulta y elaboración, aunque – en definitiva – la imprecisión, la confusión o el devaneo es la mejor pieza que tienen para el ajedrez universitario, tal como ocurre con los problemas vitales del país al que no le responden, ni responderán.

La reciente y valiosa entrevista que el Br. José Luis García le hizo al vocero ministerial, da claridad al asunto.  Por ello, es necesaria una mayor coordinación de los sectores universitarios para afrontar cada coyuntura, real o ficticia, generada por el régimen.

JAO: ¿Cuál debe ser el papel de las principales universidades privadas frente  la posibilidad de ser las siguientes en la lista de sojuzgamiento de la dictadura?

LB: Indudablemente, las universidades privadas de reconocido prestigio,  no  tardarán en saber directamente de las circunstancias que atraviesan las públicas que las presumimos en mejores condiciones para resistir la embestida.  Porque hablamos de algo más que una dictadura,  los prohombres del régimen deben sentirse atraídos por la  inversión en los institutos universitarios que se digan capaces de rivalizar con aquéllas, dando pie a una curiosa extensión de la economía delincuencial. Por ello, conjeturamos, se hace más complicada la materia: acá quebraron o están en proceso de quiebra, entidades privadas que cubrieron eficazmente la demanda estudiantil respecto a la formación técnica y hay quienes, alcanzando legítimamente el rango universitario, se encuentran en un estado de zozobra, pues, están conscientes – si de esto se tratara – de la competencia desleal que les  espera.

Luego, las universidades privadas de amplia trayectoria, no pueden  darle la espalda al destino de las universidades públicas, porque está  en juego  la propia noción de universidad, expresando una visión crítica y orientadora. El hecho de haber colocado un vehículo militar artillado a las puertas de la Metropolitana constituyó toda una advertencia. Y, yendo más allá de un “ejercicio”,  cumplió con su objetivo: generar terror psicológico. Los expertos refieren que es parte de la guerra no convencional que atravesamos.

Por  ello, nuestro reconocimiento al rector Benjamín Scharifker de la Universidad Metropolitana, convertido en un referente moral, como se espera de todo rector, y  quizá puede ir más allá, porque – recordemos – Edgar Sanabria salió de las aulas para completar la transición, suscribiendo el  decreto que reconoció la autonomía universitaria, en 1958.

26/02/2020:
http://www.opinionynoticias.com/opinionpolitica/36456-autonomia-universitaria

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