Entre la mueca y la risa, issue forzado de campaña, el rostro de Bolívar se prestó a toda suerte de versiones - incluso - gráficas. Las redes sociales estuvieron cundidas de los más increíbles trazos. Cada quien, lo acercó a su brasa. Hubo versiones ingeniosas al lado de las más torpes, junto a otras que, según nuestro modesto entender, delata una pobreza en términos de cultura política asombrosa.
En todo caso, no deseamos perder algunos motivos gráficos. Faltan otros, confundidos en el disco duro.
"Hay cosquillas que no dan risa", ha cantado Horacio Blanco. Una de ellas, las reivenciones genealógicas que, lejos de una legítima inquietud, tienen por finalidad hacerse tema de campaña. Y se dirá de una no menos legítima travesura del estratega de campaña, pero tratamos de un arma letal que, a lo sumo, logra competir con las esgrimidas por un oficialismo que ha convertido explotado el imaginario histórico-social.
A falta de planteamiento ideológico y programático, el oficialismo también induce a respuestas que gozan de una enorme popularidad en la red.
LB
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