domingo, 11 de marzo de 2012

DEAMBULACIÓN


EL NACIONAL - Sábado 10 de Marzo de 2012 Papel Literario/4
El deambular hacia la lumbre de Mariana Libertad Suárez
JOSÉ ANTONIO PARRA

Si bien Mariana Libertad Suárez es suficientemente conocida como teórica, su primera novela, Deambulando hacia la lumbre (2010), resulta ser una puesta en escena donde la crítica y el relato se conjugan. Luego de una larga trayectoria como académica, no es extraño que a esta autora le sea familiar recrear una trama en el contexto de la institución. Su background le da una perspectiva aguda de los escenarios psicológicos, especialmente de los personajes femeninos. Ya su línea de exploración mostraba una clara tendencia en ese sentido, de modo que en el transcurso del tiempo fueron apareciendo los trabajos de corte investigativo: Criaturas que no pueden ser: narradoras venezolanas en el postgomecismo (2005) y Sin cadenas, ni misterios: representaciones y autorrepresentaciones de la intelectual venezolana (1936-1948) (2009).

Deambulando hacia la lumbre posee el valor del andamiaje donde confluyen registros polimorfos. Aparece, de esta manera, una historia hilvanada en torno al profesor colombiano del Master en Literatura Latinoamericana, Octavio Modotti, alias El dromedario. La acción central está localizada en el campus de la Universidad de Pittsburgh, de forma que la hibridez de los estudios culturales en medio del asesinato de un educador redundan en una combinación explosiva, en cierto modo bizarra. Van surgiendo, en este espíritu, imágenes alrededor de la vivencia de un grupo heterogéneo de alumnos de Suramérica y del Caribe hispano, cuyo eje aglutinador es el mencionado catedrático. La imaginería del mundo que les resulta próximo está replanteada desde la geografía corporal de estos "tipos literarios", así como desde las tonalidades idiomáticas, los complejos e idiosincrasia americanos.

Es muy interesante observar la subjetiva inherente al crítico desde la mirada que daría un Edward Said o, incluso, según los matices que han descrito Marta Traba o Ángel Rama, por ejemplo. En cuanto a la arquitectura novelística se concibe impecablemente una intriga a raíz de la muerte del profesor Modotti. Así, va aflorando toda una gama de interrelaciones signadas por el deseo, la homoerótica y el lenguaje crudo. Mariana Libertad no tiene tapujos a la hora de hacer esta lectura ficcional del mundo universitario, que en algún caso ella califica como un "grupito macabro".

A partir de las incógnitas generadas respecto al final trágico de El dromedario, el periodista Ulises O. Puig inicia --en el mejor sentido del Odiseo en la cueva de Polifemo-- un viaje que le permitirá, si ello es posible, resolver el misterio.

En él se van develando facetas y vivencias cercanas al momento culminante, mediante flashes relativos a los alumnos del postgrado, colaboradores inmediatos al señalado "héroe de la academia".

Se va tejiendo entonces una confabulación desde diversas aristas que evoca, morfológicamente, la geometría de los cristales del agua. Súbitamente la atmósfera se impregna por el espacio, las texturas, los simbolismos y aspiraciones del intelectual latino cercano a la docencia. La incertidumbre es el signo particular de la narración. Al final, la rítmica irrumpe en una conspiración vertiginosa que, en el talante del espiral, se aproxima de modo inexorable al momento mismo en el que se consuma el desenlace fatal. Sin embargo, las fronteras de la resolución de la intriga se vuelcan hacia afuera del plano de la novela, migrando al territorio de la filosofía. Es una conclusión inesperada, en tanto duelo lúdico, entre la autora y el lector.

Más allá de aspectos teóricos como la intertextualidad o la metaficción, esta creadora echa mano de una prodigiosa forma de replantear la constelación femenina y las diversas miradas a la mujer en el Nuevo Continente. La venezolana Dhuha Contreras y la Chilena Lucia Maturana denotan ello como caracteres ensamblados con gran verosimilitud.

El argumento es desarrollado alrededor de la seducción.

El tópico de la homosexualidad es expresado tanto en uno como en otro género. La tensión que se crea alrededor de Luis Pedro Silva, quien vive una relación gay con el fallecido profesor, adoba aún más esta poderosa trama en la que las diversas hipótesis se van haciendo cada vez más candentes. La escritora aprovecha la anécdota para hacer un trazado que delinea parte del día a día de la idiosincrasia suramericana; como la harto conocida figura de "closet" o las representaciones que se dan al joven académico o a su sexualidad. En definitiva, parte de la problemática de América es revivida en seres que ponen de manifiesto las conductas sociales aceptadas o la visión de la izquierda --por ejemplo-- en esta región del orbe. Se trata, a fin de cuentas, de un grupo de personajes que huyen de sus contextos locales para vivir en un campus estadounidense, pero arrastrando consigo toda la carga cultural de sus historias.

Con esta pieza, atronadora confluencia de la novela con la crítica, Mariana Libertad Suárez da una mirada inédita a la latinoamericanidad desde el ojo del detalle de la intelectual. Sin lugar a dudas, el lector será abordado por un mundo exuberante y de mucha sutileza estética; un mundo que a pesar de ser familiar reinaugura la reflexión en torno a nuestra propia identidad.

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