sábado, 8 de enero de 2011

vista al cielo


NOTITARDE, Valencia, 2 de Enero de 2011
La manifestación de el señor(Mt.2,1-12)
Pbro. Lic. Joel de Jesús Núñez Flautes


Celebramos litúrgicamente en este día la manifestación de Jesús a los reyes magos, es la fiesta de la Epifanía o como popularmente se le conoce como la fiesta de los reyes magos de oriente.

El evangelio de hoy da algunos datos históricos sobre el nacimiento de Jesús en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes el Grande, que reinó del año 40 al 4 a. C. Los reyes de oriente entran en escena al preguntar por el rey de los judíos que ha nacido y cuya estrella han visto y seguido para venir a adorar y entregar dones al Niño Rey que está junto a su Madre. Herodes se sobresalta, siente miedo por su reinado y busca o pretende matar al Niño Jesús. La estrella que ven los magos de oriente simboliza al Mesías que ha nacido, representa la descendencia del rey David, al Hijo del Hombre e Hijo de Dios que humilde y débil se manifiesta en medio de los hombres, nacido de una Virgen Madre.

Jesús se manifiesta y es presentado por el evangelio de Mateo como el Mesías esperado, el Ungido de Dios que trae la salvación y liberación para su pueblo, para cada hombre y mujer que lo siga de corazón. Mesías rechazado por lo judíos, pero aceptado por los paganos que representan ahora al nuevo Pueblo de Dios, que es su Iglesia. Aquellos magos de oriente representan a las naciones gentiles que aceptan por la fe la revelación que Dios ha hecho en la persona de Jesús de Nazareth y por eso lo adoran y reconocen como tal, mientras que Herodes busca matarlo y todo el pueblo judío se muestra indiferente, aunque después buscarán también su muerte y lo crucificarán como reo despreciado.

El evangelio de Mateo, al igual que el de Lucas que hablan sobre la infancia de Jesús, sin pretender hacer un relato estrictamente histórico, nos presentan algunos datos, pero sobre todos destacan los elementos teológicos, que en el caso que nos ocupa, acerca de la Epifanía o manifestación de Cristo, se pone de relieve no sólo la humanidad de Cristo, la certeza de su nacimiento en medio de la humanidad; por tanto el misterio de su Encarnación, ese Niño que se muestra débil, frágil y nace pobre es al mismo tiempo Dios presente en medio de los hombres; por eso los reyes magos al verlo se postran, lo adoran y le ofrecen regalos que realzan su humanidad y divinidad. Jesús es, por tanto, Dios y Hombre verdadero que se manifiesta al mundo y exige el tributo de la fe a quien quiere alcanzar la salvación y liberación definitiva. En este Niño Dios que se presenta débil y pobre se cumplen las promesas mesiánicas del Antiguo Testamento; Él viene a salvar al ser humano, con el cual comparte su condición, menos en el pecado.

El cristiano de todos los tiempos está llamado e invitado a reconocer a Jesús como el único Mesías y Salvador; el que merece toda honra, honor y adoración. Mientras muchas personas por ignorancia, desconocimiento, desprecio o necesidad espiritual van detrás de falsos ídolos o corrientes religiosas de moda, el cristiano católico debe manifestar al mundo que ama, sigue y sirve a Jesucristo que es verdadero Dios y verdadero Hombre. Que como los magos de oriente no le de pena ni temor seguir a Aquel que es la Luz del mundo, que nacido del vientre purísimo de María por obra y gracia del Espíritu Santo ha venido para redimir al ser humano y elevarlo a la dimensión sobrenatural, a la condición de hijo de Dios. Así como aquellos reyes fueron un signo, junto con la estrella, así los cristianos en medio del mundo, alumbrando con sus buenas obras, con su manera de pensar, sentir y actuar señalen donde se encuentra al verdadero Dios, a Aquel que sólo puede llenar las expectativas más profundas del ser humano; que motiven a otros para acercarse a ver, a entrar en su Iglesia y adorar al Rey de reyes y Señor de señores; al Hijo eterno del Padre que nos trae la salvación y el amor.

Pidamos a Jesús que nos haga cristianos valientes, firmes, perseverantes, decididos, fervorosos como aquellos magos de oriente para que el mundo contemple y lo encuentre a Él como el Camino, la Verdad y la Vida. Que nada ni nadie nos detenga, por más poderoso que sea, como sucedió a los magos con Herodes.

IDA Y RETORNO: Al inicio de este nuevo año, pidamos al Señor que bendiga nuestros proyectos, nuestras metas, que bendiga a Venezuela, que aleje de nosotros todo maldad, que no triunfen los que hacen el mal y se obstinan en el pecado. Que triunfe su amor, su justicia, su paz y poder. Que vengan sobre nuestra patria nuevos tiempos de victoria, de democracia auténtica, de justicia, de progreso y libertad. Que podamos vivir juntos como hermanos, en armonía, respeto y tolerancia; que juntos busquemos las soluciones a nuestros problemas comunes y que tengamos un país pujante y en desarrollo. Si todos lo pedimos con fe, luchamos sin desfallecer y sin perder la esperanza ni dejarnos vencer por el miedo o la indiferencia lo lograremos. Quien está con Dios, vive según sus designios y lo invoca con fe triunfa. Que la Virgen Madre nos bendiga y acompañe en nuestros propósitos y buenos deseos.

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