una revolución bibliografiada

Bibliografía
Luis Barragán

Excelente aporte, Rafael Ramón Castellanos ha publicado la última versión de un inventario necesario: “Hugo Chávez Frías y la Revolución Bolivariana. Bibliografía” (El Perro y la Rana, Caracas, 2010). Conquistadas 2.614 entradas, desde que inició la investigación en 1994, definiéndola en su valioso prólogo, indica que la bibliografía “es como el armamento” para defender la soberanía y alcanzar la iluminación ideológica (10).

Obviamente, importa reconocer el papel de Chávez Frías en el ya largo proceso político que hemos vivido los venezolanos, aunque hay un acento o sobrevaloración que convierte en un curioso hito el ensayo sobre los símbolos patrios de 1989 (19), el comienzo de un diario o memoria en 1972 (30), y hasta la dedicatoria que hizo a Nora Bustamante de un libro de José León Tapia en 1989 (36). E, igualmente, surgen de la extensa y útil cronología reseñas como la referida a la protesta con cacerolazo por marzo de 1992, “la cual en el fondo le incumbía” (40), olvidando que hoy tal modalidad él mismo la ha criminalizado.

Fundamental contribución, Castellanos da cuenta de – suponemos – todas las publicaciones oficiales y oficiosas que, creemos, no llegan a las grandes vitrinas o tardarán en hacerlo a los remates de libros, quizá porque tuvieron un tiraje modesto o sirvieron para las exclusivas relaciones públicas. Ojalá todas las referencias fuesen orbitadas íntegramente por el Estado en la red de redes, a través de los despachos correspondientes, aunque – sabemos – no necesariamente lo es la Biblioteca Nacional, dado el arbitrario cuadro de competencias administrativas y hasta el organigrama que le permite al gobierno nacional las incomprensibles adscripciones de organismos a ministerios que no comparten una materia o especialización similar.
Observamos en la obra citada, una variedad de reseñas (libros, trabajos de grado, websites, artículos de prensa, esencialmente folletos), incluyendo aquellas de las que no ofrece mayor detalle o sólo deja constancia de la cita de obras no vistas. Y es que, faltando a la obligada precisión y rigor en muchas entradas, apenas enuncia – por ejemplo – “Partidos y sistemas de partidos” de Giovanni Sartori (597), restándola cualquier otra indicación (editorial, lugar y fecha de impresión), forzados a preguntar sobre un más reciente o acertado texto sociológico o politólogico, e – incluso – la multiplicidad de monografías de estricto carácter académico que – presumimos – generan las universidades públicas creadas en la última década.

Castellanos acierta al comentar algunas obras, resbalando en ocasiones por obra de sus prejuicios. A guisa de ilustración, cree a Enrique Krause como un pseudónimo de Elías Pino Iturrieta, Simón Alberto Consalvi o Germán Carrera Damas (427), entre las otras breves acusaciones de un sesgo contrarrevolucionario, aunque – tratándose de oponentes al régimen – se permite comentarios positivos como ocurre con un título de Fausto Masó (463).

Sentimos que faltan más autores u obras, como las firmadas por Juan Carlos Rey, Jesús Sanoja Hernández, Diego Bautista Urbaneja y hasta del propio Jorge Giordani, un ministro de larga duración. No obstante, el balance bibliográfico en cuestión es de una utilidad inmensa.

Fuente:
http://www.medios24.com/bibliografia.html