lunes, 1 de noviembre de 2010

breve sociopatía de un vuelo


Vuelo 903
Luis Barragán


Repentinamente, la enferma agrava en pleno vuelo. Diligencian los dos o tres médicos que atendieron el llamado a la cooperación voluntaria, en medio de la aparente distracción de quienes niegan otras atenciones por el afanoso deseo de proseguir confortablemente la ruta.

Inevitable, procedente de Miami, el vuelo 903 debe aterrizar de emergencia en Kingston, pues no sobrevivirá la venezolana tan venezolana como el resto de los pasajeros. De modo que Maiquetía tendrá que esperar, por un motivo - ¿evidentemente? – nada trivial.

Hay protesta en la mayor parte de los pasajeros, porque la suerte de una sola persona ata a la de doscientas y, por si fuera poco, las hay absolutamente inconformes por alojarse forzosamente en una isla empobrecida, peligrosa y hasta infecto-contagiosa. Cumplen un periplo distinto al de las amables campañas publicitarias de El Caribe, en medio de las viviendas hechas hojuelas podridas de aluminio y miradas de tristeza, ni siquiera sostenidas por una antena de DirecTV.

Muy escasos son los que piden comprensión por la suerte de una paciente de la que no se sabe cómo y con cuáles recursos saldrá junto a su hija de Jamaica, viva o muerta. Circunstancia ésta por la que pareció apostar la mayoría para llegar a tiempo a Caracas, también ocasión para algunos intercambios de golpes.

Finalmente, al día siguiente en la noche la nave pisó tierra venezolana y vomitó hastiada a buena parte de los viajantes de la inmensa fractura psicosocial que sufren, sin salir de sí mismos. Breve sociología de un vuelo, la circunvalante nobleza de la república ultrarrentista (ahora, literal e impensablemente socialista), incluyendo a la que ni siquiera molesta a CADIVI, muy bien nos dijo cómo va la cosa, incluyendo la pérdida de una elemental noción de humanidad.

Fuente:
http://www.noticierodigital.com/2010/11/vuelo-903/
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=706827


Vuelo 903


Luis Barragán



Repentinamente, la enferma agrava en pleno vuelo. Diligencian los dos o tres médicos que atendieron el llamado a la cooperación voluntaria, en medio de la aparente distracción de quienes niegan otras atenciones por el afanoso deseo de proseguir confortablemente la ruta.

Inevitable, procedente de Miami, el vuelo 903 debe aterrizar de emergencia en Kingston, pues no sobrevivirá la venezolana tan venezolana como el resto de los pasajeros. De modo que Maiquetía tendrá que esperar, por un motivo - ¿evidentemente? – nada trivial.

Hay protesta en la mayor parte de los pasajeros, porque la suerte de una sola persona ata a la de doscientas y, por si fuera poco, las hay absolutamente inconformes por alojarse forzosamente en una isla empobrecida, peligrosa y hasta infecto-contagiosa. Cumplen un periplo distinto al de las amables campañas publicitarias de El Caribe, en medio de las viviendas hechas hojuelas podridas de aluminio y miradas de tristeza, ni siquiera sostenidas por una antena de DirecTV.

Muy escasos son los que piden comprensión por la suerte de una paciente de la que no se sabe cómo y con cuáles recursos saldrá junto a su hija de Jamaica, viva o muerta. Circunstancia ésta por la que pareció apostar la mayoría para llegar a tiempo a Caracas, también ocasión para algunos intercambios de golpes.

Finalmente, al día siguiente en la noche la nave pisó tierra venezolana y vomitó hastiada a buena parte de los viajantes de la inmensa fractura psicosocial que sufren, sin salir de sí mismos. Breve sociología de un vuelo, la circunvalante nobleza de la república ultrarrentista (ahora, literal e impensablemente socialista), incluyendo a la que ni siquiera molesta a CADIVI, muy bien nos dijo cómo va la cosa, incluyendo la pérdida de una elemental noción de humanidad.


Fuente:
http://www.noticierodigital.com/2010/11/vuelo-903/
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=706827

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