Nicomedes Febres
* Antier sábado me fui a validar luego de todo mi protocolo cotidiano. Salimos Anapina y yo a eso de las 10 am y fuimos primero a la plaza de Baruta pero la multitud era tan grande que optamos hacerlo en El Hatillo, que es un pueblo más amable. Ya había mucha gente y me entró la duda de hacerlo ese mismo día o validar el próximo domingo con AD porque en este asunto lo importante es participar. Hacerlo con uno u otro partido me da igual porque lo importante es ayudar a todos los partidos para que se sumen al esfuerzo unitario. Ya en la plaza llené un instructivo de todos los datos que me pedirían en la mesa del c.n.e. Debía además aprendérmelo de memoria para ahorrar tiempo; así por ejemplo decir MPJ y no Movimiento Primero Justicia para que la operadora del ente comicial no se tardara más de la cuenta, pues habían desincorporado una de las máquinas, quedando una sola, con el objetivo único de sabotear el proceso de validación. Cuando llegué había una larga cola de personas en lo mismo y los jóvenes de Primero Justicia estaban afanados instalando toldos contra el sol y la lluvia, repartiendo agua entre los presentes, indicando la ubicación de los baños y cosas así. Luego de notar la canallada del c.n.e. empecé a subvertir los espíritus contra el gobierno, pero era inútil, porque la arrechera colectiva ya era gigantesca. En eso los funcionarios militares y los del c.n.e. deciden suspender la validación porque es “la hora de almolzá” y se van a un restaurante cercano. En lo personal, siempre, cuando un empleado me dice que es la hora de almolzá y deja su labor así tenga mucho trabajo, a mí me entra una duda grande entre desollarlo, sacarle los ojos o la combinación de ambas medidas moralmente justas, porque uno nunca debe almolzá cuando hay tanto trabajo por hacer. Como ya había subvertido el orden lo suficiente creí oportuno conversar con los guardias militares, unos muchachos imberbes y los invité a una chicha al lado de la iglesia, que de paso, la recomiendo ampliamente porque es una de las mejores chichas de Caracas. Me puse a hablar con los jóvenes y explicarles que la rabia de la gente no es contra ellos sino contra sus jefes que son unos qñ¡x&&$mdr apoyando a este desastre de gobierno que produce hambre y desesperación en la población. Los jóvenes sabían que estaba hablándoles con la verdad en los labios. Regresamos a la fila pensando que la gente se habría desesperado por la espera, pero lo cierto es que gente solo estaba más arrecha y decidida a validar viendo el sabotaje. Les aseguro que las madres de la señora lucena y las otras brujas del cne estuvieron en boca de todos, casi con tanta frecuencia como la señora maduro madre. Hasta socorrí a un par de viejitas descompensadas por el calor, que se negaron a retirarse cuando me llegó mi turno de validar. Debí estar en el número 300 o 310 de los que validamos antier y para el circuito se necesitaban 284 firmas pero aunque ya el monto se había sobrepasado había que seguir, pues estos malandros tienen siempre la trampa por delante entonces había que seguir validando.

* Las fotos del día son de la validación. Como es posible que esas brujas tengan a esos pobres viejos pasando trabajo y necesidad. Malditas sean.
Fuente:
https://www.facebook.com/nicfebres/posts/10211666117309225
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