"La reacción de la administración ante el movimiento soviético no tuvo en cuenta la diferencia existente entre el clima donde los líderes soviéticos decidieron la instalación de los misiles y el clima donde los líderes estadounidenses los descubrieron. Con todo, podría aducirse que esa falla no gravitó demasiado, yaque después de que la administración se enteró del despliegue soviético y después de las fuertes advertencias presidenciales, Krushchev persistió en el curso de acción previamente elegido. E incluso siguió socavando la confianza que había logrado granjearse con Kennedy, confundiéndolo deliberadamente en lo referido a los planes soviéticos"
Graham T. Allison
("La esencia de la decisión. Análisis explicativo de la crisis de los misiles en Cuba", GEL, Buenos Aires, 1971: 326)
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