Antes
de ir a la sesión de la AN, acudimos a una importante cita: la defensa del
trabajo de ascenso de Carlos Guzmán, “Economía de la cultura y consumos
culturales” (UCV), en la sede del ININCO. Fue una extraordinaria y densa
exposición y respondió muy bien a las inquietudes del exigente jurado. Algunas
impresiones personales, por ejemplo: los
parlamentarios interesados o, mejor, aficionados a la materia, nos estamos
quedando atrás en el debate real, por lo que, nuevamente, importa replantear
las relaciones con la academia desde una perspectiva nada arrogante. O el
temperamento de Carlos, pues no hubo connotación negativa - entendemos – a la referencia “barroca” de
una brillante exposición en la que hubo una muy evidente densidad que es motivo
de legítimo orgullo por el trabajo realizado. Lamentablemente, se hizo tarde y
no hubo ocasión para departir al finalizar el acto, porque las huestes “culturales”
de los alrededores del Palacio Legislativo esperaban. Y volvimos a nuestra
realidad: la sede de la AN. Salimos por
la estación del metro en la esquina de La Bolsa, cundida de los fanáticos del
régimen y, apenas, muy furtivamente, logramos una sola gráfica. Dimos una gran vuelta hacia el sur, para
retomar la senda hacia la esquina de San Francisco, donde ya comenzaban a
agruparse (LB).
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