Luis Barragán
Consabido, partiendo de una consideración estrictamente económica, la lucha de clases es una de las nociones fundamentales del marxismo clásico. Según la escuela, ella hace la historia de acuerdo al desarrollo de las fuerzas productivas y modos de producción.
Además de las reservas que podamos abrigar al respecto, por lo menos, en su perspectiva de corto y mediano plazos, es demasiado obvio, por una parte, que la nuestra es una economía (y una sociedad) rentista; y, por la otra, a pesar de sus invocaciones, el actual régimen venezolano se explica más por las consignas guevaristas que por un intento, por modesto que sea, de aplicar el propio marxismo que francamente desconoce.

Harto peligroso es el análisis de lo que ha ocurrido en más de década y media, a la luz de la lucha de clases, reducida a la sistemática y violenta escaramuza de supervivencia que, no por azar, siendo un dato lamentablemente constante y creciente, representa muy bien las casi treinta mil muertes anuales que ha afectado principalmente a los sectores más jóvenes y empobrecidos de la población. Boliburgueses y pranes aparte, con los matices de rigor, queda una suerte de reducido ejército de desamparados que claman por un favor de la burocracia y, al movilizarse para hostigar a la oposición, de vez en cuando sirve de espuela la alusión a banderas que algún avisado llama … lucha de clases.

Fotografías: LB, Caracas. Tomadas por estos días, en los que una mediana movilizción de los partidarios del gobierno, dejó marcada la esquina de San Francisco.
08/02/2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario