Sesión Ordinaria del día martes
18 de noviembre de 2014
Sonoridad urbana
(DIPUTADO BARRAGÁN).–
Señor Vicepresidente, colegas Parlamentarios. Esta
solicitud tan particular de un crédito
adicional que, incluso, contempla la sustitución de ranchos por viviendas,
cuando, luego de 15 años, década y media de un mismo gobierno, no debería de
haber ranchos; la rehabilitación del sistema eléctrico del estacionamiento del
Complejo Residencial de Parque Central, cuando el Estado es el mayor deudor del
condominio de dicho complejo. Incluso, en la Caracas que suena por el hampa y
por el deterioro, para reasfaltar la ciudad cuando –a confesión de parte relevo
de pruebas– no hay el debido mantenimiento a pesar de contar con los recursos
indispensables, necesarios para ello Llama la atención y suscita una reflexión,
sobre todo, por el aspecto de lo que llaman espacios y lugares de alto valor
patrimonial.
Estamos de acuerdo en la necesidad para preservar la memoria de la
ciudad, en la necesidad inmensa de restaurar aquellas obras que enorgullecen a
los venezolanos y a los caraqueños en particular, pero a la vez nos preocupa
que no parte de un planteamiento, de un plan, que pretenda, globalmente,
preservar esa memoria, ensancharla y profundizarla.
Hay una evidente distancia entre la restauración y la remodelación,
como la hay entre los términos utilizados en el informe de la solicitud, entre
recuperación y rescate.
Se habla de este propósito de la solicitud de marras, cuando, muy
cerca del Palacio Legislativo o Capitolio Federal, está la vieja sede de la
Corte Suprema de Justicia en un estado deplorable. Se habla en este informe de recuperar aquellos lugares
o espacios de alto valor patrimonial, cuando la vieja sede de la Biblioteca Nacional,
que también está cerca de este foro parlamentario, se encuentra en una
situación lamentable.
Allí opera también, y es necesario observarlo, el descuido de las
instancias gubernamentales que administran estos inmuebles, porque se observa
la acumulación, en el tiempo, de este deterioro; el derrumbe ante la vista de
todos los caraqueños, de todos los venezolanos, y esperan hasta última hora
para un crédito adicional que es, conceptualmente, contingente para hacer un
negocio que es el del rescate y de la recuperación, mas no la restauración
necesaria que abona a la memoria histórica de la ciudad y del venezolano.
Permítame señalar también que cerca de esta sede legislativa está el
viejo inmueble que sirve de sede al Saime. En los años ‘50 el diseño de ese
inmueble obedecía a un conjunto armónico con el entonces novedoso complejo del
Centro Simón Bolívar. Hoy es un farallón publicitario vergonzoso que,
precisamente, traiciona la intención que hubo del urbanista de los años ‘50.
Hablábamos en este Hemiciclo hace poco, por ejemplo, del Castillete de
Macuto, y hablaba, con muchísima razón, el colega parlamentario Guerra, del
“Genio de la Luz” Reverón, pero he allí un ejemplo significativo: 15 años
después de la tragedia de Vargas es que este gobierno se interesa por obras de
transcendencia inocultable, ineludible, irrefutable, en la historia artística y
arquitectónica del país. Por supuesto que el genio de la sombra está en el
Gobierno Nacional, en Miraflores, y el genio de la luz contemporáneo no es otro
que Jesse Chacón.
Finalmente, hago un llamado para que revisemos esta materia del
patrimonio arquitectónico de Caracas y de las principales ciudades del país,
porque es importante actualizar la Ley del Patrimonio Histórico. El “Toki
Eder”, que queda hacia el este de la ciudad, la única muestra que queda de
arquitectura neovasca, está en peligro. Por cierto, eso lo denunciamos hace dos
años en la Comisión Permanente de Cultura: ese es un inmueble insostenible.
La solución no está solo en que el Estado expropie y pague cuando se
le ocurra, la solución está en preservar esos inmuebles de diseño irrepetible,
que no atenten contra el patrimonio familiar de quienes tuvieron la fortuna de
heredarlo.
Es importante que esta Asamblea Nacional considere con mayor sobriedad
y profundidad el tema patrimonial, porque resulta un chiste, una mala humorada,
que lo planteen en el contexto de una ciudad que suena, que suena por el hampa
y que suena por el deterioro y sus innumerables huecos; eso no lo podemos
aceptar.
Es todo, señor Vicepresidente, colegas parlamentarios.
BREVE NOTA LB: No participamos en la discusión del otro crédito adicional relacionado con lo que se llamó "Caracas Suena", una inversión asombrosa para el festival musicalde la acaldía de Caracas, pero no podíamos pasar por alto el dato.
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