
Del que daba de leer
Luis Barragán
Convengamos, ha desaparecido
lentamente la historia de la prensa cotidiana e independiente, excepto que tengamos
por tal la que frecuenta los medios oficialistas con una inocultable intención
manipuladora. Diferente a lo que ocurría
ayer, el pasado luce como un dato prescindible y, por ello, tendemos a repetir
sus dramas, inexactitudes y traumas.
Fue importantísima la
contribución periodística de Ramón J. Velásquez, añadido el ejercicio docente,
al divulgar con autoridad la historia que investigaba, escribía y – faltando poco –
hacía. Dando para leer, no nos referimos sólo a una obra fundada y bien
escrita, sino a sendas compilaciones como las referidas al pensamiento político
venezolano de los siglos XIX y XX, entregándonos un patrimonio documental que
ha podido perderse; o, afanado por otros
hallazgos, impulsando la Fundación para
el Rescate Documental Venezolano (Funres), lamentablemente desaparecida.
Antes de entregar la pieza
bibliográfica, los venezolanos de entonces tuvieron la ocasión de ver por entregas “La caída del
liberalismo amarillo” en la revista Élite de finales de los cincuenta, por
ejemplo; u, otro, al dirigir en dos ocasiones un relevante periódico de la
prensa capital, la historia estuvo diaria y amenamente presente, por no citar
la sección de crónicas que creó, iniciativa propia del que luego será individuo
de número de la Academia Nacional de la Historia y de la Venezolana de la
Lengua, que todavía nos deleita en nuestras visitas a la hemeroteca por su
variedad, vocación polémica y humor. Acotemos, ocupando altas responsabilidades
de Estado, lejos de ensimismarse arqueológicamente para capitalizarlo, seguidamente
fundó el Archivo Histórico de Miraflores y lo compartió a través de los
magníficos boletínes que, por cierto, no nos llegan desde hace década y media.
Lo caracterizaba la sencillez de
un hijo del Táchira que, con plena conciencia regional, lo llevó a la creación
de la Biblioteca de Temas y Autores Tachirenses,
además de brindar su inmediata amistad con los paisanos, así distaran de sus
posturas políticas. Y, algo que el arte únicamente posibilita, nos quedó viva
la representación que se hizo del joven reportero en “Diógenes y las camisas
voladoras” de Javier Vidal, aunque aún nos parece innecesario que Francisco
Suniaga le confiriera un pseudónimo en “El pasajero de Truman”.
Acumuló una extraordinaria
experiencia política que probó, y probamos los venezolanos, en las difíciles e
irrepetibles circunstancias de 1993. No
obstante, evitando la tentación de excedernos en una nota relacionada con
alguien a quien no tuvimos la suerte de conocer personalmente, pero sí de leerlo,
rendimos tributo a quien fue – reivindicando oficio y vocación – un servidor
público.
Reproducción: Destaca Ramón J.
Velásquez, Secretario de la Presidencia de la República, al comenzar la reunión
de los ministros tras el atentado contra el Presidente Betancourt. “Un vacío en
la reunión, el Presidente de la República”, refiere la leyenda. La Esfera,
Caracas, 25/06/1960.
Fuentes:
http://opinionynoticias.com/opinionpolitica/19734-del-que-daba-de-leer
http://www.noticierodigital.com/2014/06/el-que-daba-de-leer/
ttp://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=1040171
Fuentes:
http://opinionynoticias.com/opinionpolitica/19734-del-que-daba-de-leer
http://www.noticierodigital.com/2014/06/el-que-daba-de-leer/
ttp://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=1040171
No hay comentarios:
Publicar un comentario