NOTITARDE, Valencia, 14 de abril de 2013
Desayuno en la Redacción
El ex magistrado Román Duque Corredor promueve la importancia de fortalecer el arbitraje, la mediación y la conciliación como mecanismos alternativos para la resolución de los conflictos
“En Venezuela se ha perdido la vocación por el diálogo”
Duque Corredor afirma que la justicia de paz debe trascender el ámbito de los consejos comunales y ser administrada en los espacios vecinales
Felipe González Roa
Ex magistrado de la antigua Corte Suprema de Justicia, con amplia trayectoria en el campo académico y jurídico, Román Duque Corredor concentra sus energías en la promoción de los métodos alternativos de resolución de conflictos, especialmente desde que fuese designado presidente de la recientemente creada Asociación Venezolana de Arbitraje.
“Siempre he tenido una idea innata de justicia. La justicia no es una fórmula matemática. Cada uno tiene un sentido de lo que es lo justo”, señala el jurista, invitado en el Desayuno en la Redacción de Notitarde.
-¿Qué implica su nombramiento como presidente de la Asociación Venezolana de Arbitraje?
-Lo importante más que mi designación es la creación de una asociación con más de 60 expertos que creen que con la búsqueda de una justicia por consenso, a través de mecanismos que acerquen a los litigantes, se logra no solo la solución de un problema, sino también la paz y la convivencia. Es la filosofía de los medios alternativos de resolución de conflictos, que a diferencia de lo que ocurre en los trámites judiciales ordinarios, donde solo puede haber un triunfador y un perdedor, puede haber un empate.
-Y las dos partes pueden salir satisfechas.
-Es la justicia parte y parte con una solución equilibrada. El gran éxito de los medios alternativos de resolución de conflictos es que se basan sobre la equidad, que es la medida más exacta de lo que ocurre en la realidad. A diferencia de lo que ocurre en la justicia ordinaria, donde a través de los procesos triunfa el que en el expediente haya llevado la mejor prueba.
Es bueno destacar que se cumplen 18 años de la promulgación de la Ley de Arbitraje Comercial. Todo ese tiempo ha servido no solo para convencer sobre el beneficio de los medios alternativos de resolución de conflictos, sino para ver su utilidad en la práctica. En Caracas hay dos centros institucionales de arbitraje muy acreditados, como son el Centro de Conciliación, Mediación y Arbitraje de la Cámara de Comercio de Caracas y el Centro de Conciliación, Mediación y Arbitraje de la Cámara Venezolana-Americana, que han realizado una labor que pone de relieve lo práctico y útil que ha sido en el área comercial para la resolución de los conflictos, porque ha bajado la litigiosidad en materia comercial. En el arbitraje se concilia y se media.
-Los mecanismos alternativos para la resolución de conflictos también permiten aliviar la carga sobre el Poder Judicial.
-Los países que han llevado a cabo reformas del sistema de justicia tienen programas que procuran descongestionar el atasco judicial.
-En Venezuela, con la aprobación del Copp, se estableció la fórmula del acuerdo reparatorio como un mecanismo de evitar llevar todos los casos a los tribunales.
-Es una manera de llevar una materia tan difícil y delicada, como la materia penal, a una justicia por consenso. Hay que tomar en cuenta que 18 años de aplicación de la Ley de Arbitraje Comercial han llevado a la conformación de un grupo de expertos y especialistas que tienen resonancia internacional y ya son personalidades que suelen ser invitadas en los congresos internacionales.
Es un hecho importante resaltar cómo los estudiantes han tenido la ventaja de este sistema en una época de tanto conflicto, por lo que se han incorporado a nuestra asociación. Hemos tenido la virtud de abrirnos. No somos una sociedad cerrada, sino que la hemos abierto inclusive a los estudiantes. No solamente hay estudiantes en el consejo directivo de la Asociación Venezolana de Arbitraje, sino que inclusive pueden conformar un capítulo aparte en la sociedad.
Otra ventaja que tiene la justicia por consenso es la descentralización, facilitar el acceso a la jurisdicción. Por eso queremos promover a través de capítulos regionales la constitución de centros de arbitraje en las Cámaras de Comercio u otras asociaciones similares que puedan existir. Ya tenemos experiencias de este tipo en Valencia, Maracaibo, Mérida y Puerto Ordaz. Con las universidades y los Colegios de Abogados, con el apoyo de los especialistas, estamos promoviendo cursos de inducción y de aprendizaje en materia de medios alternativos para la resolución de conflictos.
Aunque la asociación se llama de arbitraje, en realidad es mucho más que eso porque no se queda en el arbitraje, que al fin y al cabo también supone un litigio en el que decide un tercero. Nosotros tenemos una sección muy importante, yo diría que el corazón, que es la de medios alternativos de resolución de conflictos, donde caen la conciliación y la mediación. Estamos tratando de perfeccionar una figura que se va a llamar el intermediario, que tiene como objetivo acercar las partes que no han podido sentarse a conversar.
-La Ley de Arbitraje Comercial tiene 18 años. También se han aplicado instrumentos similares en el Código Orgánico Procesal Penal. ¿En el resto de la legislación este tipo de figuras se ha incorporado?
-Nosotros vamos a poner el acento en inventariar las figuras de conciliación, mediación y arbitraje que existen en la legislación venezolana, no solamente en materia comercial. En materia laboral, por ejemplo, existe la figura de la conciliación, pero está a cargo del juez. Lo interesante sería motivar a los trabajadores a que utilicen la conciliación dentro del juicio hasta agotarla de manera que no quede solo como formalidad.
Dentro de la materia administrativa y tributaria existe la figura del arreglo. Vamos a buscar también promover la ventaja de esta figura no solamente para el contribuyente, sino también para el administrador, porque la administración se enfrasca en un litigio para cobrar un impuesto, pero a la hora de ejecutarlo muchas veces el contribuyente no tiene los recursos necesarios para pagar la suma adeudada. En cambio, si se estimulan la mediación y la conciliación en materia tributaria, se alivia la carga fiscal al contribuyente, se descarga la administración tributaria y logra de forma mucho más rápida el cobro del impuesto.
-Sería interesante promover estos mecanismos de conciliación y mediación en el área vecinal y comunal. Muchas veces vemos conflictos entre vecinos que se complican por no haber existido una mediación adecuada en un primer momento.
-Desde la Asociación Venezolana de Arbitraje vamos a darle un capítulo especial a la justicia de paz, que existe en Venezuela desde 1997 y que hoy se llama justicia de paz comunal. Ahora se atribuye fundamentalmente a uno de los entes que se han creado con el poder comunal cuando su filosofía es la justicia vecinal. Vamos a procurar el mejoramiento de la justicia de paz para convertirla en una verdadera justicia vecinal, para que sean todos los vecinos, y no solo los consejos comunales, los que elijan a los jueces de paz.
También hay que fomentar el voluntariado social entre los jubilados, profesionales, abogados, para que se presten de manera voluntaria y ad honórem para ser jueces de paz.
-¿Qué opina de la municipalización de la justicia?
-La municipalización de la justicia no solo es aumentar el número de tribunales municipales, que es lo que hasta ahora se ha hecho. La verdadera municipalización de la justicia es la que prevé la Constitución, que atribuye a los municipios como una competencia exclusiva la justicia de paz. Lo lamentable es que en la actualidad se promulgue una ley en la que la justicia de paz se llama comunal y no vecinal. Se convirtió en una justicia grupal que se administra en los consejos comunales y no en los espacios vecinales.
-¿Han mantenido contacto con las instituciones del Estado?
-Los centros de arbitraje han hecho encuentros y talleres con jueces para motivarlos al conocimiento del arbitraje, sobre todo en materia de conciliación y mediación. Pensamos que una forma importante de hacer contacto con el Estado es a través de la Escuela de la Magistratura, de manera de comenzar a nivel de la formación de los jueces la promoción del arbitraje, mediación y conciliación.
Quiero referirme a otro aspecto importante al que vamos a dedicar primordial atención, que es el arbitraje en materia de inversión extranjera, que es donde ha habido mayores problemas. A pesar de que existen tratados bilaterales y multilaterales que prevén fórmulas alternativas de resolución de conflictos, como el arbitraje, el Estado venezolano no ha sido muy proclive a emplear esas fórmulas, sobre todo amparado en criterios tradicionales de la soberanía. Creen que someter a un arbitraje internacional problemas comerciales, técnicos o económicos es entregar la soberanía, argumento que no es tal. En cambio, ése es un acto voluntario del Estado, enmarcado dentro de una política económica para atraer inversiones extranjeras y de reconocimiento de un derecho internacional en el comercio exterior, donde hay modelos de arbitraje que pueden ser elegidos por los países.
-Quizá ciertas reticencias del Estado para acudir a mecanismos de arbitraje internacional se deben a que históricamente no nos ha ido bien. Por ejemplo, en materia de límites Venezuela ha perdido gran parte de su territorio. Por supuesto, no ahora, sino en el siglo XIX.
-Eso es una materia de derecho internacional público donde quizá no ha habido la fortuna de contar con gente ducha y que domine el tema desde el punto de la negociación. A los laudos arbitrales internacionales se llega cuando fracasan la conciliación y la mediación. Los países que han salido mejor es cuando llegan a un modus vivendi de arreglar problemas. Ciertamente no es un ejemplo a seguir lo que ha sucedido en nuestro caso con los laudos arbitrales internacionales, pero sí son un ejemplo a seguir los laudos arbitrales comerciales donde han sido parte los Estados. Muchos Estados han ganado procesos de arbitrajes internacionales, con lo cual se demuestra que no es un espacio donde solo ganan los particulares y los Estados pierdan, sino que el Estado, al ser una parte igual que la otra, tiene las mismas garantías.
-Fundamental entonces es que en Venezuela haya las personas preparadas para participar en estos arbitrajes.
-En el Centro de Estudios de Postgrado de la Universidad Católica Andrés Bello, a través de su Centro de Preparación Profesional, se han llevado a cabo dos programas de aprendizaje. Esto es una manera de motivar la profesionalización del arbitraje, la conciliación y la mediación para que un profesional pueda ser también un especialista en fórmulas alternativas de resolución de conflictos, con lo cual se añade un valor agregado a su preparación profesional. No solamente tendría dominio sobre la ciencia profesional, sino también sobre las técnicas de la conversación, de la relación, de la conducta humana y de buscar las soluciones dentro de la equidad.
-¿Se han puesto en contacto con otras universidades?
-Sí, ya hemos hecho contactos y se han realizado algunos talleres en la Universidad de Margarita, la Universidad de los Andes y la Universidad de Carabobo. Lo ideal es que a través de la Asociación Venezolana de Arbitraje, las universidades y los colegios profesionales se pueda encontrar un medio a través del cual se puedan conectar especialistas y expertos que deseen conocer las técnicas de conciliación.
Usted se habrá dado cuenta de que no solo hablo de arbitraje, que al fin y al cabo también es un juicio. También les doy igual importancia a la mediación y a la conciliación, que son la mejor forma de buscar una justicia donde las propias partes, con la ayuda de un tercero, encuentren la solución de sus problemas.
-Para que haya una conciliación es necesario que las personas entiendan al otro. Que no se preocupen solo por vencer al otro, sino partir de la comprensión y el respeto.
-Y hay ejemplos que podemos señalar. Hay gremios del comercio, como la Cámara de Franquicias, que promueven entre sus asociados las ventajas del arbitraje y hacen talleres, cursos y foros sobre la importancia de este método. Casi todos los contratos de franquicias incluyen en una cláusula especial la mediación y la conciliación. Sí hay la posibilidad de que la gente conozca el arbitraje y no lo vea como algo de santos y sabios.
-Que la gente entienda que se puede llegar a una solución basada sobre el diálogo y la conciliación.
-Ciertamente. La idea es convencer a los interesados que llevan a cabo actividades donde puede haber conflictos, porque hay intereses contrapuestos, que se puede conversar sobre problemas que pueden surgir por ejemplo de la interpretación o cumplimiento de un contrato.
-En los momentos actuales del país, cuando hay un ambiente de crispación y polarización, ¿qué beneficios tendría entender la conciliación como un mecanismo para resolver las diferencias?
-Reducir la conflictividad. Por ejemplo, en materia mercantil el arbitraje, la conciliación y la mediación sirven para reducir problemas entre deudores y acreedores, y baja la conflictividad comercial y bancaria y en materia de seguros. Lamentablemente en otros campos, como el área laboral, donde solo se puede ir a arbitraje dentro de un juicio, no se ha promovido una fórmula fuera de los organismos jurisdiccionales del Estado. Sin embargo, en los contratos colectivos se prevén mediación, conciliación y arbitraje no ante los jueces laborales.
-A nivel político sería importante también promover el tema de la conciliación.
-Sobre todo para resolver los conflictos internos dentro de los partidos, que tengan mesas de negociación y comités de equidad. Los problemas de los partidos los tienen que arreglar ellos dentro y no los tribunales. Los tribunales a veces imponen directivas que ni siquiera conocen a sus militantes.
-¿En Venezuela se ha perdido la vocación por el diálogo?
-Pienso que sí, sobre todo en materia política y social. Los trabajadores piensan que renuncian a sus derechos discutiendo con un patrono en una mesa de diálogo, como está ocurriendo con Helados Efe, donde los dirigentes sindicales han ido al conflicto de tomar la planta sin agotar otras soluciones. La huelga es legítima, pero al final las dos partes salen perjudicadas.
-Al final los mecanismos alternativos de resolución de conflictos lo que buscan es darle poder a la gente.
-Es una demostración de la llamada democracia protagónica y ciudadana. La justicia vecinal, la justicia ciudadana, la justicia por consenso son la verdadera justicia democrática. La justicia del Estado es supletoria. Uno va al tribunal cuando eres incapaz de resolver un problema. Lo residual debe ser la justicia del Estado y lo principal debe ser la justicia ciudadana.
Duque Corredor plantea otra visión de la justicia
La solución en la propia gente
Durante muchos años Román Duque Corredor ha estado vinculado con la justicia, bien sea como abogado o como juez, experiencia que le ha permitido ver los tribunales desde una visión diferente a la tradicional.
Reconoce que el sistema formal de justicia es fundamental para el desarrollo pacífico de un país, pero sostiene que también se debe abrir la posibilidad de lograr que los particulares alcancen soluciones por su propia cuenta, lejos de los ámbitos estatales.
“La justicia formal y ordinaria del Estado no propiamente lleva a una convivencia y a una coincidencia ciudadana”, comenta.
“La experiencia me demostró lo lenta que es la justicia formal, la mayor conflictividad que genera la justicia del Estado, la posibilidad de mayor corrupción que hay en la justicia del Estado, y la dificultad que tiene mucha gente de acudir a la justicia del Estado. Todo eso me llevó a la convicción no de que la justicia del Estado no debe existir, pero sí descargarla y dejar que sean los particulares quienes resuelvan sus problemas”, añade.
Precisamente el impulso a la mediación y a la conciliación propició la creación de la Asociación Venezolana de Arbitraje, organismo que ya cuenta con 63 integrantes, incluyendo profesionales y estudiantes. Duque Corredor recalca que no solo están abiertos a personas, sino también a empresas.
Entre los proyectos inmediatos de esta agrupación figura la promoción de capítulos regionales, con el apoyo de las universidades y colegios profesionales.
“Nuestra prioridad va a ser en regiones donde haya mayor desarrollo del sector industrial y comercial, como en Valencia, Maracay, Zulia y Puerto Ordaz”, acota.
Duque Corredor, que siempre ha reconocido su pasión por el tema agrario, lamenta que los mecanismos alternativos de resolución de conflictos no se hayan implementado con mayor fuerza en el campo venezolano, el cual ha sido escenario de conflictos.
“En el campo agrario es lamentable que no se haya promovido la solución de los conflictos como hay en otros países, donde hay cámaras de conciliación y mediación de agricultores y promotores. Lamentablemente no ha habido la posibilidad de promover”, apunta.
El ex magistrado destaca que la legislación otorga al Indepabis la facultad de procurar acuerdos entre proveedores y consumidores. Sin embargo, afirma que también sería sano promover una mediación independiente entre las partes involucradas.
“El Indepabis es a la vez el fiscal, el verdugo y el mediador. Entonces usted no lo va a ver como imparcial ni le va a tener confianza”, señala.
Felipe González Roa
Fotografía: Invertida, Ernesto García.
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