domingo, 10 de junio de 2012

SOTAVENTO Y BARLOVENTO A LA VEZ

CIUDAD CARACAS, 10 de Junio de 2012
LETRA FRÍA/A 7 años de su adiós, Jesús Soto vuelve a exponer en CCS
HUMBERTO MÁRQUEZ

Hoy abre la muestra de Soto “Color sobre color” en Arte Ascaso, y por esas casualidades de los afectos y del periodismo cae en mis manos un texto, en realidad dos, donde Isabelle Soto, hija del maestro, cuenta que nace de conversaciones con Tomás Musset, artista plástico y jefe del taller de restauración de la Fundación Jesús Soto, quien lo acompañó durante más tiempo en su trabajo. Para no perder esa colita debo decir que fue Tomás, ese amigo-hermano, artífice de todo cuanto sucedió con el maestro, cuando nos lo presentara a Álvaro Montero y a mí, y surgiera todo aquel huracán de conciertos, discos, teatro cabaret y parrandas.
El color ha sido siempre partícipe de la obra de Soto, sigue diciendo Isabel, con largas épocas, en las cuales intervenía de forma minimalista, pero sin lugar a dudas, con la aparición a principios de los 80 de una nueva familia de obras, las Ambivalencias, el color vuelve a pasar a un primer plano y, en particular, lo que él definió, como la vibración del color que empieza a trabajar por su misma presencia y moviliza el espacio en su densidad.
A su vez, Tomas Musset nos cuenta: “Mi vinculación parte desde 1974, yo joven artista, cuando me invita a ser parte de su equipo de trabajo. Desde ese momento, conocí de cerca sus afanes de búsqueda en el campo donde ya era un maestro reconocido: el arte cinético… Nos involucra en esa aventura maravillosa de divulgar y comunicar su arte en museos, corporaciones y sitios insólitos alrededor del mundo… No fue sino desde la emoción que empecé a involucrarme en esta muestra. Buscábamos, Isabel y yo, el pretexto; creo que acertamos: Soto y su tratamiento del color en su obra. Indagamos de cómo empezó su interés por el color… ya instalado en Europa y las inquietudes que se le planteaban y el abordaje a nuevas formas y contenidos del arte.
Esta muestra, resume Isabel, fue elaborada a cuatro manos, desde el concepto, el título, la selección de textos y obras; mas su ubicación en la galería, en el intento de llevar a otra mirada, una reflexión sensible de la presencia del color en la obra, su función y sus distintas y opuestas identidades físicas quien de 3, quien de 4 dimensiones, de las Ambivalencias y las Escrituras de fondo colorido al Penetrable azul y los Virtuales impenetrables pero tan permeables a la mirada.
Desde aquella histórica exposición Le Mouvement, en la galería Denise René, de París, hasta las escrituras, ambivalencias, penetrables y virtuales, Soto vivió la gran fiesta que Tomás poetiza con afecto “(… )aquel amarillo que juguetea con los vecinos oliva y auyama, ese rojo con un cobalto que se aleja, y así”.

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