martes, 12 de abril de 2011

PARTE


EL ENEMIGO

De pronto aparece en la puerta, como tallado, el acreedor.

Viene en busca de su salario. Tiende su mano izquierda desde

la entrada, inmóvil. Los dos nos miramos sin comprender.

Se insinúa con sigilo o irrumpe sin avisar.

Reconozco que estoy condenado a hacerle el juego. Si ambos

fuésemos reales no nos desgastaríamos en esta persecución,

pero nuestra servidumbre es la misma: somos personajes. Nos

acompaña el miedo.

Mi costumbre es tomar su bando. Le permito que hable por mí.

Me convierte en plato de su odio.

Soy su aliado.


Sí, me usa, me usa para sus fines, que también se vuelven

contra él. La fuente que lo envenena rebosa con jirones míos,

suyos. Nos confundimos, nos entretejemos, nos intrincamos,

sin querer. Hasta nos perdemos de vista, y ya no sabemos quién

es el que persigue.

Tengo que contrarrestar, con otra voz, sus cargos, pero

casi siempre estoy de su parte.

¿Cuándo tuvo lugar este desplazamiento? Son pocos los días

en que el enemigo no ha contado con mi apoyo. Nunca en

realidad he sido contrapeso para sus demandas. Me

consta, meconsta en mi carne. Siempre firmé sus acusaciones, sus ataques

sorpresivos, sus listas de agravios.

Siempre contó con el respaldo que yo necesitaba para mi tarea.

Sí, siempre a mi acusador lo encontré más eficaz, y a su

casuística atroz sólo podía oponerle unos ojos inmóviles.

Rafael Cadenas



Ilustración: John Baldessari

No hay comentarios:

Publicar un comentario